“Clamo al firmamento” es otra de las aleluyas de Luis Eduardo Aute, concretamente la número 2 según figura en la carátula del disco. Tiene una estructura similar y con un desarrollo melódico casi idéntico a la “Aleluya nº 1” (RCA, 1967), pero esta vez renunciando al aire de surrealismo para darle una hilazón a las imágenes y metáforas que desembocan, también en esta ocasión, en la pregunta lanzada al firmamento sobre la posibilidad de un mundo nuevo que tarda –y sigue tardando- en despertar.
En la cara B se incluyen dos temas de poco más de un minuto. Uno de ellos: “Ausencia” será poco después una de las veinticuatro canciones breves de su siguiente LP. Un lamento hecho canción que nos habla de diferentes ausencias, especialmente las de esas mentes preclaras que nunca hallaron morada, usando palabras de la propia canción.