Ciclos

Ciclos

Se trata sin duda de la obra más ambiciosa de Teddy Bautista y una de las más ambiciosas llevadas a cabo en la música española. Es la obra cumbre del rock sinfónico español y equiparable a las realizaciones de Emerson, Lake and Palmer, el superteclista japonés Tomita o los grupos holandeses como Ekseption o Focus. Se editó como un doble LP que incluía un tema completo en cada una de las caras, con una duración total de 73 minutos.

Basada en Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, no se trata de tocar las Cuatro Estaciones con instrumentos electrónicos, sino de desarrollar las melodías que la forman. Aquí la primavera, el verano, el otoño y el invierno del año solar están sustituidas por cuatro actos o transmigraciones -así las denomina el álbum original- dedicados al nacimiento, juventud, madurez y vejez respectivamente.

De los Canarios sólo quedó el nombre, pues salvo Teddy Bautista (voz, mellotrón, sintetizadores Moog, etc) y el batería Alain Richard, los demás componentes son totalmente nuevos en la formación. Antonio García de Diego (guitarras y voz), Matías Sanveillan (piano y teclados varios) y Christian Mellies (bajo). Aunque no hay que olvidarse de numerosos invitados entre los que destacan por la cantidad y calidad de sus aportaciones la soprano Rudmini Sykmawati y el director de coro y arreglista de las partes vocales, Alfredo Carrión.

«Paraíso Remoto» se inicia con un caos de sintetizador que da paso a una melodía angustiada gritada más que cantada por la parturienta soprano que conduce al llanto de un niño. A partir de ahí, surge la Primavera de Vivaldi con su conocida melodía y un lujoso despliegue de teclados y punteos de guitarra.

En «Abismo Próximo» brillan los coros en un principio con un apoyo de teclados algo desbocados. En la parte central, una de las más bellas y sencillas melodías del disco acompañada por piano eléctrico y vibráfono, rompe el barroquismo anterior recargado de instrumentación. Sigue un solo de guitarra de ascendencia progresiva muy bien ejecutado, pero que poco o nada tiene que ver con lo anterior… ni, por supuesto, con Vivaldi. Un secuenciador en obstinato y una batería a tiempo de marcha conduce a la más conocida melodía de “El verano”, interpretando por los teclados, con la que Antonio Vivaldi quiso representar las tormentas veraniegas y el alocado zumbido de las moscas e insectos que la anuncian. Sorpresivamente, la tormenta escampa para convertirse en un bolero clásico, tipo Los Panchos, interpretado por el Trío Porteño.

«Ciudad Perdida» es el acto más recargado del álbum. Al habitual despliegue electrónico y percusivo se unen gritos, toques de flamenco, música coral clásica, jazz y gregoriano con campanas de iglesia.

«El Eslabón Recobrado» se abre con un suave solo de piano en crescendo mezclándose con percusiones, bajo y una guitarra dislocada. Alain Milhaud intervino en las mezclas del corte «Crisis» donde hay una ruptura musical y la participación del coro que realizan un excelente y original juego de voces dandole un toque moderno, que da paso a un solo de bajo arreglado en el llamado «Ballet de las Sombras». El apocalíptico final, que ocupa los últimos cinco minutos, contiene una hiperactiva instrumentación de rock con una melodía «vivaldiana» interpretada por los teclados y respondida por la guitarra solista.

La primera vez que escuché Ciclos, hace ya muchos años, me pareció un rollo. Poco a poco he ido cogiéndole el gusto. Desde luego el trabajo de meses de grabación, el cuidado al detalle de todos los pasajes, la interpretación y el despliegue de medios técnicos de la época merecen al menos una segunda escucha. Baste como ejemplo de ese despliegue técnico decir que técnicos de la casa Moog se desplazaron a España para programar y afinar los sintetizadores.

En su momento fue el disco de mayor presupuesto grabado en nuestro país. Sólo la grabación costó 2,6 millones de pesetas (una fortuna para la época), que al no ser en un primer momento recuperada ni de lejos por la discográfica aceleró la desintegración del grupo.

Una música espesa, calificada por algún crítico como “un gran monumento a la nada”, que tiende a ganar con el tiempo, incomprendida y vituperada en su época, pero que a lo largo de los años se ha abierto un hueco como una de las cimas de rock sinfónico mundial.

Grupo:

Estamos en los primeros 60, estamos en...

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Tracklist:

  1. Primer Acto: Paraíso remoto
  2. Segundo Acto: Abismo próximo
  3. Tercer Acto: Ciudad Futura
  4. Cuarto Acto: El eslabón recobrado

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