Cuanta más prisa tengas, párate a respirar. Chicharrón deciden tomar aire con su primer trabajo. Un disco grabado y mezclado en A Ponte con Tomás Ageitos en marzo de 2014. Colaboran Alex Marban y David Iglesias. La masterización corre a cargo de Roberto Mallo. Del artwork se encarga Rubén Domínguez (Telephones Rouges).
Prenom, uno de los colectivos artísticos más libres e interesantes de Galicia, edita este álbum conceptual sobre el amor como salvación. Un trabajo que prescinde prácticamente de la electricidad para que se pueda oir el alma. Un disco casi circular, con principio y final.
«Chicharrón» (Prenom, 2014) es un disco que duele, un disco que te acaricia el alma, que te corta la piel para ver tu sangre y luego te lame las heridas. Un beso sobre la piel magullada.
Estamos ante un torrente lírico, ante la poesía como única redención. Es un disco de letras, de escuchar cada verso con el corazón en un puño… a flor de piel. Abren con “Caída horizontal (infraleve)” y rimas susurrantes y desnudas. Con una guitarra acústica y economía de elementos, dándole el protagonismo a la voz de Alberto, consiguen captar toda nuestra atención desde el primer momento. Un pacto entre ángeles y demonios –“Te concederé / todos tus deseos / pero no podrás / jamás disfrutarlos”-, la insatisfacción y el dolor agudo y punzante que hace que te retuerzas como una alimaña… “Y ahora tengo / todo lo que quiero / lo que siempre quise / pero solo siento / tristeza y dolor“.
A galope llega “ Peluquero de maíz”, con unas guitarras intensas que conducen un torrente de emociones: el desamor, la ausencia, el réquiem… “Yo sé que el profesor está llorando de cara al encerado porque te echa de menos / Yo sé que la bajista está llorando encima del escenario porque te echa de menos / Y que ella está llorando sobre el té que vamos a beber porque te echa de menos”.
“Resbalando por gargantas que me devolverán a ti” llega cargada de melancolía. Se trata de la cumbre del disco, toda la poética y el imaginario que ya percibiamos en Franc3s tratado con suavidad y una gran intensidad emocional… los fantasmas se apagan, los gusanos suplican y el mar sueña con sombra… “Siento que mi alma toca tu alma / Como el aliento helado de las estrellas / Como una mano toca otra mano / Antes de apretarla para siempre”.
“Ha llegado el tiempo de los asesinos” es un tema que en cuanto a estructura y desarrollo recuerda a Franc3s… El tratamiento de guitarras trae a la mente un western oscuro con Nick Cave… “Acariciaba el cadaver de todo lo que nunca soñamos”. Dead man walking.
“El amor no aguanta un mareo” pero sí muchas ansiedades, palpitaciones y desilusiones… “Hoy volvimos a vernos / y volviste a olvidarte / de salvarme / otra vez”. El desamor como motor artístico.
“Que no te conozcan por lo que haces” tiene una letra muy Surfin’ Bichos –“Los gusanos de l amor / que olvidamos de darnos / salen hoy al sol en procesión”-. Guitarras acústicas con ecos de réquiem… la luz en tus entrañas. La conexión con Fernando Alfaro en muchas de las letras es grande, con esos pasajes íntimos y personales tratados con precisión de cirujano.
La angustia y la desesperación llegan con “Definitivamente inacabado”, cuando se toca fondo el amor parece la única fuente de salvación, aunque sea mentira: “Porque siempre / acabamos chocando cuando escapamos de nosotros mismos / Con nuestros huesos rellenos de dolor como el final contra el principio / Quédate conmigo aunque nada sea cierto / Quédate conmigo aunque sufra todo el universo / Quédate conmigo”.
Tras la angustía y la desesperación, llega la culpa, la gran culpa. Aquella que hace que deseémos un invierno vacío y eterno: “Por mi grandísima culpabilidad”.
Recuerda, el amor puede salvarte y también puede matarte. Puede hacerte dudar de la realidad, de lo tangible y lo mágico… puede llevarte a cielos y abismos… “Y las huellas de los lobos sobre la nieve siguen siendo lo único real”.
“Nunca dejé de quererte”.