Disco compartido entre Grupo Sub-1 y Webelos, bandas que por momentos, tuvieron la misma formación, cuando al núcleo estable formado por Mugretone Interior y Poison Bambee se le unía el batería Spidey, el hombre-araña.
La edición del disco supuso el debut de Grupo Sub-1, que envió al responsable de Blondes Must Die, para inaugurar su sello, las canciones que había grabado con Webelos recién disuelto. A sugerencia del grupo, la cara B se completó con rarezas e inéditos de estos último.
La portada muestra a un Mugretone víctima de algún juego de bondage con sus compañeros, que se apiñan en la esquina inferior derecha de una foto marcada por el amarillo y negro del fondo. Puestos al habla con él, nos especifica que se trataba de una imitación de un Jesucristo doliente con corona de espinas y todo.
Resulta interesante la posibilidad de oir, en el mismo disco los dos proyectos de los madrileños. La primera cara es para Grupo Sub-1 que aporta cuatro temas de lo más jugoso. Combinan con muy buen resultado las oscuridades y chirridos del punk de Webelos con unos teclados que entran sucios y opacos, lo justo para conforman fondos eléctricos que llevan al desasosiego.
«Maniquí» y «Última víctima» son probablemente de los temas que mejor se ajustan a esta descripción. La primera canción cuenta las preferencia de Poison cómo son las relaciones de pareja comportándose como eso, como maniquíes.
«Última víctima» por su parte, tiene una curiosa mezcla de sumisión (Poison acepta su condición de víctima) y una amenaza latente de acabar con la espiral supuestamente homicida del interlocutor. A mi juicio es el mejor tema de largo de todo el disco.
Siempre tuvieron que capear, ya en su época con Webelos, con las contraprestaciones con el público que no aceptaba juego alguna con la imaginería nazi a la que eran aficionados Mugretone y Poison. Si bien, la postura adoptada era la huída adelante, provocando aún más al personal, en esta ocasión, y ya como Grupo Sub-1 se permiten mandar un mensaje al personal para aclarar las cosas. «El nazi eres tú» es suficientemente explícita.
Completa la entrega la adición al chocolate.
La ración de la segunda cara es para Webelos. Incluyen versiones de Dead Boys, la «Turmix reduce«, dedicada a Kike Turmix, y que fue extraída de su maqueta «The Webelos Are Younger And Better Looking Than The Dwarves (1998).
Continúan con «Mommy, I’m a misfit«, versión de Tragics, que se grabó el 12 de octubre de 2002 en las sesiones en las que se registraron los temas que conformaron el «Fuga De Cerebros» (Hillside Strangler, 2002) con Peter Porker a la batería.
«El crimen de los Marqueses de Urquijo«, bestial crónica del suceso, se grabó en su momento para un recopilatorio con temas de terror que no vió la luz.
Finaliza esta recuperación de rarezas de Webelos con un tema grabado en el último directo de la banda, el 16 de enero de 2004 en la sala El Juglar, con cuyos dueños parecen ajustar cuentas en el libreto interior. Se trata de una versión del «Quiero ser Alaska» de Siniestro Total. En la ocasión el batería oficial era Peter Porker, aunque Spidey figuraba como artista invitado.
No está mal para recuperar los temas de Webelos, pero quizás aguantan mal la comparación con la primera cara.