Dos versiones en castellano de sendos temas ingleses y dos temas compuestos por los miembros del grupo conforman el primer disco de Los Unisonos. Las primeras son la archiconocida “Winchester Cathedral” de New Vaudeville Band y “I go to sleep”, una canción poco conocida de The Kinks. No es que la lectura que Los Unísonos hacen del tema catedralicio sea mejor que otras versiones españoles, pero, al menos, intentan darle un aire distinto, menos retro, alternan voces solistas, ponen al saxo alto en los puentes instrumentales y siempre es de agradecer que busquen distanciarse del original y distinguirse de otros. Al tema de Ray Davies, una de las pocas baladas de los aguerridos Kinks, lo convierten en un juego vocal complicado y no muy atractivo.
En cuanto a los temas propios, “Ven a bailar” es un medio tiempo con recargados arreglos orquestales y un estribillo incisivo que con aires soul contrasta con una estrofa algo anodina. Tommy canta con gusto “Loco no estoy”, una pieza pop en la que está bien arropado por sus compañeros, que, además de cantar ejercen de conjunto instrumental. Vuelven al contraste exagerado entre estrofa y estribillo, pero esta vez sí logran una notable creación. Aquí ya se nota el aire interpretativo que luego desarrollarían bajo el nombre de Nuevos Horizontes. Esta fue la canción que propusieron ellos para su lanzamiento, pero el sello discográfico prefirió apostar por un tema conocido por el público y que había sido número 1 en Gran Bretaña.