Después de una década de silencio discográfico, que no musical, Julián regresa con un LP prácticamente autoeditado, pues lo publica como Mastin Records y hay que aclarar que Mastin es el nombre de su propia editora musical. Fue finalmente prensado y distribuido a través de Diapason, una división de Dial Records.
Temas intimistas compuestos por él mismo y una voz que denota un cierto desentrenamiento y que ha perdido bastantes enteros. Música de moderno cantautor y alguna composición destacable como las que abren el disco: “El águila real” y “La niña Juana”, que posteriormente conocerían el formato single. La primera de ellas es una pieza melódica elaborada con una cierta grandilocuencia innecesaria y en la segunda se asoma al Caribe con ficticios sonidos de marimba y cadencia.
Bocetos de blues y country en “Mama blues” y “Mil kilómetros”. Apuntes de balada de altos vuelos en “Señora mía”. Pachanguilla marchosa e infantil en “Señor papá”. Pero todo sonando con una cierta falsedad y aferrándose a los elementos más manidos y tópicos de cada género.