Cuando te acercas al primer largo de Bromea o Qué? lo primero que te invade es una extraña nostalgia de tiempos pasados, y es que es gran logro de Pablo Novoa –Golpes Bajos– en la producción es captar el sonido de un tiempo y un lugar, el de aquellos 80 vigueses que tanto dieron de sí.
Cortes como “3500 voltios” o “La piscina” son los ejemplos perfectos de lo que digo. Rock suave, fresco y nostálgico que de forma instantánea se queda grabado en nuestra memoria. Pero no debemos olvidarnos de los aires divertidos y surrealistas marca de la casa estampados en temas como “Tina” y “Al revés”.
De lo más interesante resultan medios tiempos como “La mina de carbón” –ese teclado juguetón que dirige la acción- y “Las brujas” –efectivos juegos vocales y eléctricos riffs de guitarra que enseguida se apagan-. “Enterrado vivo” trae consigo aires rockabilly y la explosiva “Esa cosa” el delirio.
Estamos ante un buen trabajo de la banda, el que contiene algunas de sus mejores canciones y algunas de sus mejores letras. Antes del fin nos entregarían un postrero segundo largo “Pasto de Tiburones” (GASA, 1990).