Rodrigo lucha por abrirse entonces (tras la disolución de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán) un hueco como solista. Consiguiendo un contrato con el sello CBS, y con su propia producción, consigue grabar su primer álbum, «Canciones de Amor y Sátira» (CBS, 1975), del que se extrae el single «Quiero que seas mi dama».
El disco nos muestra a un Rodrigo en estado puro y en forma, llevando a todo un álbum lo que ya habíamos podido observar en él a sorbos con sus anteriores grupos: su peculiar voz, su excelsa maestría en los textos y un repertorio muy interesante. No obstante, el disco no encaja con la oferta musical del momento, muy diferente a lo que Rodrigo nos ofrece, y sólo un puñado de fieles seguidores lo aprecian, siéndole esquivo el éxito.
Rodrigo es el productor artístico del LP (siendo Honorio Herrero el productor ejecutivo), y además trabaja con un equipo de personas muy reducido, él mismo a la voz, flauta, guitarras y teclados (también hace los arreglos y dirección de orquesta), Álvaro Yébenes al bajo, Rafa Lara a la bateria y los percusionistas Tito Duarte y Jose Ganoza. El sonido nos da la impresión de no ser tan cristalino como en los discos «Solera» (Hispavox, 1973) y «Señora Azul» (Hispavox, 1974), que son casi contemporáneos a este, y se puede pensar en que no se asignó el presupuesto apropiado a la grabación. No obstante, puede ser también una opción de Rodrigo. El estilo vocal de Rodrigo es similar a los dos discos antes citados, alargando las frases y usando a menudo el glissando, una manera de cantar que no volverá a utilizarla en posteriores discos.
A través de sus ocho composiciones las letras vuelven a ser uno de los puntos fuertes, mostrándose a veces tierno («Y así, mi amor»), a veces irónico («Don Fulano de Tal») o incluso despectivo («Vete tranquilo niña»), lo cierto es que esas guitarras acústicas que tanto gustan (como la de doce cuerdas en «Ana»), y esas électricas limpias y con sonido tan natural («El gato»), deleitan de nuevo nuestros oídos.
Siempre se ha intuido que de este disco se editaron pocos ejemplares, siendo alta pieza de coleccionismo con el tiempo y alcanzando altos precios (de hecho muy altos precios), y siendo el disco que casi siempre faltaba a todos los aficionados a la saga. Por ello fue muy bienvenida la edición por parte de Rama Lama de «Todas sus Grabaciones (1975-1987)» (Rama Lama, 2006) que lo recogía íntegro, pues era inencontrable en su formato original de LP. En definitiva, un buen disco, sin duda, pero que Rodrigo superó con las dos siguiente entregas.