Siete de las canciones incluidas en este long play ya eran conocidas por haber sido editadas en anteriores singles y de las cinco restantes, otra sería incluida en la cara B de un sencillo que se publicaría al siguiente año. Precisamente ésta “Un rincón para vivir” es una balada épica bien interpretada, pero con poco atractivo en cuanto a originalidad, algo de lo que en general adolece este álbum cuyas mejores canciones ya eran de sobra conocidas.
Del resto, me quedo con “Zapatos de barro”, un swing cantado con dos tiempos, tonalidades e intensidades distintas, que alterna el aire cosmopolita y comercial del estribillo con algunos momentos de ralentización y despliegue vocal que chocan de forma abrupta con las partes rítmicas.