Buscando Caminos…

Cuando aparece este LP ya se habían publicado un par de singles con material luego aquí incluido y aún se editarían otros dos, por lo que la novedad y proyección eran más que relativas.

De nuevo el tándem Juan Pardo / Manolo Galván es el responsable de las canciones. Desde luego, la mano del gallego se nota a modo en temas como «Sincero«, que encabeza el disco o «No te pongas triste niña» con unos coritos femeninos que rozan el ridículo.

La mayor parte de las piezas transmiten una cierta desazón y una urgencia interpretativa que no van mal del todo a la voz de Manolo, pero que abundan en la monotonía de temas -voz aparte- absolutamente planos. En un plano absolutamente opuesto encontramos baladas redichas como «Aquella melodía«, que, a partir de un aceptable material compositivo, acaba por convertirse en un peñazo gracias a unos arreglos escasamente trabajados, que parecen ir en contra de las intenciones del cantante y que prescinden en parte del grupo para sustituirlo por una orquesta.

Una de las canciones más brillantes es «Dormido amor» con profusión de vientos y percusiones que en algún momento amenazan la integridad de la garganta del vocalista. En todo caso, uno de los temas mejores temas del LP, compuesto precisamente por Pedro Gené, líder de Lone Star. Pero lo mejor ya había aparecido en los singles y entre las nuevas canciones no hay ninguna con marchamo de hit.

Si algo queda claro tras la escucha del disco es que a Manolo Galván poca falta le hacían sus compañeros y estaba ya demandando una carrera en solitario. No perdamos de vista que La Zarzamora fue una especie de paso intermedio entre Los Gritos y la carrera en solitario de Manolo.