Cuando se habla de que alguien es un todoterreno suele hacerse porque la persona en cuestión ha hecho de todo. Tal es el caso de Rosendo, que se quitó la espinita y pudo por fin componer la banda sonora de una película.
Aún así que nadie se lleve a engaño, la banda sonora lo que se dice brillante brillante no es. Temas de rock instrumental de duración más bien corta, que bien podrían haber sido las pistas de su próximo disco antes de grabar las voces, algunos diálogos de la película en su mayoría superpuestos a los fragmentos de música y para rematar un par de canciones de la etapa de Rosendo en Leño: “Qué desilusión” y “Siempre hay una historia”.
Aún así bueno, puede escucharse; al fin y al cabo los fragmentos musicales son un rock bien tocado y que suena muy bien.
Rosendo declaró que la experiencia fue muy positiva, y que no se arrepiente en absoluto de haber participado en el proyecto. Conociéndole a él con eso le basta y le sobra.