Dos años tardaron Los Blue Boys en convencer a sus mentores discográficos que los ritmos brasileños, que tanto prodigaban en sus actuaciones, eran lo suyo. Aquí nos muestran cuatro números de bossa y samba bien interpretadas, aunque el cantante sigue empeñado en destrozar idiomas y esta vez le toca al portugués.
Las cuatro canciones están cortadas por el mismo patrón. Personalmente, creo que la versión más lograda es la de «Samba de una nota sola», del maestro Antonio Carlos Jobim en la que los cuatro instrumentistas dirigidos por el piano se lo montan a sus anchas sin que el cantante entorpezca su labor.
También hay que destacar lo novedoso para la época de cantos de aves tropicales y pájaros superpuestos a la buena interpretación musical -no tanto vocal- de «Bahía», composición de Ary Barroso, uno de los grandes de la música carioca.
En «Rivivere» hacen viajar una melodía italiana hasta Brasil para mezclarla con ritmo de bossa.
«Sambaval» es otro número instrumental a ritmo de samba conducido esta vez por la guitarra.