Ferroblues eran, eminentemente, una banda de directo, menos preocupada de grabar discos, así que, después de seguir tocando en el circuito de clubs y pequeñas salas de toda España, concentraciones mod y festivales de toda la costa mediterránea, y otros como como La Mar de Músicas, pasarán seis años hasta que vea la luz su segundo disco, publicado por la pequeña independiente granadina Big Bang.
La evolución es evidente, y se manifiesta especialmente en el sonido y la producción, donde el salto de calidad es enorme, desde el sonido flojo y sin demasiado empaque de la primera entrega, hasta la riqueza y contundencia de este “Blind Lizard” (Big Bang, 2000), considerado por muchos como uno de los mejores discos de soul y rhythm & blues de todos cuantos se han publicado en nuestro país, si no el mejor.
Se recogen esta vez doce temas propios de la banda, con una mayor variedad de estilos que el precedente, desde el soul más blanco, británico y asequible (modelo Van Morrison) de “Things get better“, “The passing time“, el soul clásico en “Broken Cards” o el más negro y contundente rhythm & blues de ramalazos funkies “breaking the law” o “Get fun (Nuts and bolts)”, “Nobody told me”, al regusto a lo James Brown en la bailable “Do the widow“, la contundencia guitarrera entre el soul y el blues (modelo Hendrix) de “Running down”, y hasta el acid jazz de “Blind lizzard“.
Un disco recomendable, que suena realmente bien, crudo, primitivo, en ocasiones más asequible, como en el medio tiempo “Things get better“, en otras más oscuro (“A change in the weather“) pero siempre básico, contundente, con alma: soul, que es de lo que se trata.