Segundo disco de los barceloneses Vietnam. La edición digital corre a cargo del netlabel Prinzedom, mientras que KrimsKramz produce una edición limitada en cassette.
Este álbum supone un punto de inflexión en el sonido de la banda, que se abre a nuevos terrenos trabajando las canciones sin límites de estilo preconcebidos. Mantienen la intensidad que les caracteriza y un perfil sonoro minimalista, pero integrando nuevos elementos como teclados, mélodica, sintetizadores y samplers. También se trata de una referencia menos hermética y más coral que las que le preceden, contando con colaboraciones como las Juan F. Navazas (Cuchillo de Fuego), Andrés Magán (Fantasmage) y Puchao (Terremoto Sí).
La grabación tuvo lugar en el Ateneu de Nou Barris en Barcelona, de la mano una vez más de Dadavid (Decurs, N.I.T)), fue mezclado en Vigo por Julián Goicoa (Jay, Disco las Palmeras!) y masterizado por Ibán Pérez (Terraforma Estudio). La parte gráfica es obra de Rubén Domínguez (Prenom)
Con una duración de apenas 30 minutos, abren con «Una vida normal» seguida de «Bajo la influencia«, temas que sirven de enlace entre su dinámica ruidista y las estructuras de corte pop. En «Capitán América del Sur» exploran atmósferas con cierto sabor a hiphop, pasando por ambientes lisérgicos y ritmos bailables en «Pistoleros del eclipse«. Llegamos a la mitad del disco con «Zurda«, que aunque también contiene reminiscencias del rap trabaja un pop épico de pegadiza melodía de Casio en su parte final. Le sigue «Gente que no«, tema contundente hecho a medias con Juan F. Navazas que retrata a los sectores mas alienados de la sociedad desde el sarcasmo y la ironía; «Alto vulgo«, uno de los cortes más viscerales y fugaces, sobrevuela las secuelas de la vida en una ciudad/parque temático como puede ser en ocasiones Barcelona. Como penúltima entrega está «Navajero«, canción regrabada que se integra como una más en el conjunto, para cerrar con «Animalada«, collage sonoro a modo de manifiesto animalista rematado con un dub sedante e hipnótico.