Un baile más de los muchos que proliferaron en los años 60, aunque éste tenía su guasa y llego a decirse de él que era un sicodrama bailado. Monsieur Bostel un periodista galo, parece ser el inventor del asunto que enseguida grabó Sacha Distel y de ahí paso a Alemania y otros países cerveceros que lo adaptaron como cosa propia. La cosa iba de dos ritmos contrapuestos. Uno, alegre en el que los bailarines saltaban y movían los brazos y otro lento y triste en el que se tiraban por el suelo rodando mientras cada uno contaba sus problemas y luego vuelta al salto.
Zafiro encargó a Los Pekes que lo españolizaran y, como no podía ser de otro modo, fabricaron un bodrio de muchísimo cuidado. Pero que como nuevo ritmo tuvo algunos compradores. Siguiendo la política de Zafiro, la bostellatuvo también edición en formato single, lo cual, naturalmente, no mejoró nada su ínfima calidad.