La incorporación de Marta Sánchez a Olé-Olé supone al principio un ligero cambio de rumbo en el grupo; si bien su estilo sigue siendo tecno pop, en algunas canciones, como en “Mírame bien” o “No te necesita” apuestan por la diversificación, en estos casos por el blues y el soul, propicio para el estilo y cualidad de la nueva cantante. En otras, como “Bailando sin salir de casa” o “Yo no me subo al coche de cualquiera”, las letras se encienden mucho más, jugando con la nueva estética adquirida.
Aunque el disco está aún a medio cocer, como un encuentro entre el viejo y el nuevo camino -de nuevo arreglos de Luis Cobos y producción de Jorge Álvarez-, el resultado es mucho más sólido que en los dos anteriores. El mayor acierto de aquellos eran sus tremendos hits, véase “No controles” y “Voy a mil”, y «Bailando Sin Salir de Casa” (Hispavox, 1986) los emula con “Lilí Marlén”, versión de la popular canción alemana sobre un soldado en plena contienda y la rememoración de su amor. No se trata de una traducción literal sino de una aceptable adaptación que de todas maneras les supuso un nuevo éxito.