Si cogemos las dos primeras referencias de la banda, una con cada mano, es casi como mirar la noche y el día. Del aspecto de maqueta casera de “Teleclube” (Noise Project, 2007) y su sonido primigenio pasamos a la exquisitez tanto gráfica como sonora de este “Asuntos que se Resolven co Tempo” (A Regueifa, 2010). Su evolución es evidente -sonido limpio, desarrollos más elaborados- y su apuesta por la experimentación, el post rock, el shoegazer y el noise rock se mantiene intacta.
El disco comienza con “B”, un breve desarrollo post rock instrumental que sirve de introducción. A continuación las guitarras se afilan y la distorsión hace acto de presencia, “Sempre me toca ser poli” es noise rock sin estridencias en la que las voces cantan una letanía shoegazer: “Quero ser como una folla de papel… e sentir como pensas en min”.
Pero los cortes en los que Noise Project brillan y se les ve más sueltos son los marcados por los desarrollos instrumentales post todo como “Que se pare o mundo cando me dea o sol” y “A madalena”. La mejor canción del disco, amores tormentosos y luminosidad atemporal que a mí me recuerda a Paperhouse.
Tenemos también cortes más experimentales como “A casa do ancián” en el que un inicio reposado da paso a una explosión de noise incontrolado y “Morte e destrución”, un corte orgánico en el que el viento y la lluvia son los protagonistas.
En definitiva podemos decir que lo más destacable del disco es la propuesta de la banda, su valentía para retomar el post rock y el noise sin fines revisionistas sino experimentales. La personalidad es lo que cuenta, y a estos trece temas les sobra. El camino es arduo y duro pero de entrada ya tienen los mimbres necesarios para alcanzar las grandes canciones.