Después de “Perfiles” (Sociedad Fonográfica Asturiana, 1986) viene un silencio que no se rompe hasta que reaparecen en el Festival Folk Cidade Vella, de Santiago de Compostela, en el año 95. La vieja guardia, es decir, Xoan Piñón (Guitarra acústica, laude, mandolina, banjo, bouzouki), Xaquín Blanco (gaitas galega e irlandesa, wisthle y percusión) y Bernardo Martínez (arreglos), se asocian con Nora McEvoy (violín), Roberto Grandal (acordeón), Javier Ferreiro (percusión), Francisco Luengo (viola de gamba), Alfonso Morán (contrabajo), Luciano Pérez (organistrum) y Javier Cedrón (violín en «Ancello do silencio» y «O cabalo de Souto») para dar forma a su cuarto LP: “Arboretum” (Xingra, 2002).
La banda presenta el trabajo de la siguiente manera: “Manifiesto en el que GALICIA se identifica con un jardín botánico como reserva biológica, social y cultural de un país productor de los elementos básicos para la vida. DOA, con su filosofía de hacer música por la mera satisfacción de crear y sin someterse a las habituales presiones del mercado, se componen nuevos temas y se adaptan a la música medieval y popular libremente sobre sus bases melódicas, improvisando en el estudio de grabación y con modos de expresión contemporáneas. Tras un paréntesis en el tiempo, en el que se dedican a componer en la intimidad, presentan un trabajo distinto a las corrientes imperantes en la música gallega, apostando por la innovación, composición y una interpretación cuidada en los matices. Con un corte neoclásico y unos arreglos elaborados, algunos temas, confieren a este disco una profundidad similar a la música de cámara”. Un trabajo grabado en los estudios Bruar (A Coruña) con Javier Ferreiro, Nani García y José Puga como técnicos.
Con este disco vuelven a sus inicios, centrándose en la música medieval. Vuelven a presentarnos cantigas de Santa María de Alfonso X, canciones populares gallegas y una canción popular irlandesa –“A xiga do Paddy”-.
Tras la experimentación de trabajos anteriores DOA vuelven al folk instrumental con cortes luminosos como “A Mariña”. Nos encontramos con cortes rítmicos marcados por una cadencia viajera –“Camiñando polo tempo”, “Reviravoltas”-, acercamientos a la música de cámara –“Ancello do silencio”-, misticismo bajo un claro de luna –“Fonte espello da lúa”- y cortes festivos como “Irei a Ribadavia” o la cercana a la muñeira “Seadur”.