Nacido en Linares y trasladado a Madrid en su primera infancia, Raphael quería reivindicar su ascendencia familiar y geográfica. Y eso está muy bien. Lo que ya no está tan bien es que para ello recurriera al andalucismo más tópico, el de toreros y tonadilleras, el de panderetas y tablaos. Es decir, una imagen de Andalucía más propia de turistas poco avisados que de personajes reales.
Va a grabar una serie de coplas, pasodobles y villancicos de lo más tópico. Basta echar un vistazo al listado de canciones: “Echale guindas al pavo”, “Ojos verdes”, “Romance de valentía”, “Tierra extraña (Suspiros de España)”, “La bien pagá” o ese medley con “La zarzamora” y “Los campanilleros”, entre otras. Canciones sacadas directamente del baúl de la Piquery de la bata de cola de Lola Flores, a las que respeto y aplaudo, pero que representan el más rancio cañí patrio. Pensábamos que en 1990 con la Olimpiada y la Expo llamando a la puerta el typical spanish era ya algo del pasado, pero mire usted por dónde…
Formalmente es un buen LP en cuanto a arreglos, edición y las fotos que aparecen en él están tomadas por su hijo Jacobo. En esa época, gira del 30º aniversario, estas piezas servían para un apartado andaluz dentro de sus conciertos.