La cosa empieza con un recitado en italiano a cargo de un andaluz con apoyo del piano. Luego, se incorporar sotto voce otros instrumentos, mientras Edward ejerce de pesado y pasado crooner a la italiana. Seguramente, Berlusconi cantaba cosas así en su carrera de cantante. La canción de marras fue grabada además de por el obeso italiano Claudio Villa, por muchos que en España presumían de voz potente y romántica: José Guardiola, Alberto Cortez y hasta el inefable Torrebruno.
La segunda pista es un número instrumental a tiempo de slow rock en el que el saxo de Miguel Quirós parte el bacalao. Los Windys demuestran que sabían tocar bien cuando se callaba su solista
De nuevo se abre la academia de idioma italiano para el “Giovanne, giovanne”, un twist de Pino Donaggio que también fue incluido por Los Gatos Negros en uno de sus primeros discos.
Termina el disco una balada enfática para voz abaritonada, que en los bailes agarraos debía propiciar algún restregón indecente.
Carta de presentación un tanto emborronada para este nuevo conjunto, que mejoraría en el otro EP, que simultáneamente editarían Los Windys y que consta como correlativo a éste en la numeración del sello Fontana.