Si «A Mexico» (Columbia, 1975) había supuesto un homenaje a la música popular de aquel país y con destino fundamental a sus fans del país azteca, Julio Iglesias y el productor Rafael Ferro pensaron en un nuevo disco de amplio espectro. Así, con destino a los países iberoamericanos crearon este LP en el que aparecen, bajo el prisma de Julio, y con lujosos arreglos orquestales, una serie de piezas conocidisimas en aquel continente y en todo el mundo. Temas paraguayos, como «Recuerdos de Ypacarai», brasileños y su «Manha de carnaval», el joropo venezolano «Alma llanera», el tango argentino «Caminito», Cuba y su «Guantanamera», el «Ay, ay, ay» mexicano, etc.
Es en realidad una colección de himnos nacionales oficiosos y el triunfo, en forma de ventas masivas, estaba asegurado de antemano, aunque se aportase más bien poco a la originalidad y creatividad artística.