Con su carrera en barrena, Ismael abandona EMI Odeón para entrar en CBS. El sello se la juega con él y pone a su disposición lo mejor que tenía en esos momentos. Y lo mejor eran los arreglistas Juan Carlos Calderón y Eddy Guerín, el productor José Luis de Carlos y medios técnicos y orquestales sin escatimar gastos. El objetivo era relanzar la carrera comercial del cantante. El resultado, un LP con temas algo mejores y bastante mejor tratados que en sus últimos tiempos en EMI, pero que no caló en el gusto del público. Reminiscencias de Demis Roussos, himnos grandilocuentes y alguna balada que otra.
El tema principal -fue publicado simultáneamente en un disco de 45 rpm- es un himno de abanderado en el que Ismael mezcla algunas proclamas a ritmo de marcha. Tanto o más se escuchó la cara A del citado single,»Déjame«,una canción para solista con vozarrón en el que Ismael hace rimas esdrújulas (diabólicos con melancólicos) y otras florituras métricas y musicales que la convierten en la canción más atractiva del álbum.
«Las manos del viento«llevan mucho viento y pocas manos, pues la verdad es que los efectos eólicos no dejan de soplar durante toda la canción, impidiendo la siesta del oyente. Y hablando de «Siesta» es un tema lento con alguna buena metáfora en la letra y un arrastrado semirecitativo que no deja de tener su crudo encanto.
Con «Yo volveré» el cantante regresa al himno encabezando un coro femenino. Tiene el mismo aire y parecidos arreglos que la primera pista, pero resulta más ligero que «Alzo la voz».
Aunque el sencillo “Déjame” (CBS, 1973) se escuchó mucho en las emisoras y se vendió menos en las tiendas, la apuesta del nuevo sello a favor del cantante no se cumplió en la medida esperada e Ismael quedó bastante postergado, lo que unido a otras circunstancias, propició su regreso a los orígenes folk junto al televisivo grupo La Banda del Mirlitón.