En pleno estilo valenciano de cantantes solistas como Nino Bravo, Juan Bau o Juan Camacho discurre “Alegra los ojos, niña”, una aceptable composición para un cantante ligero. Cambios de tono bien calculados, bajo notable dando vivacidad al tema y una melodía que parece que hayamos escuchado muchas –demasiadas- veces.
“Al fin del mundo” no pasa de ser una balada del montón de esas en las que el cantante tira de vozarrón viril y el oyente bosteza con pocos disimulos.