Alas de Plomo

Pensándolo bien tampoco debería sorprender tanto el encontrarse con un disco de retorno de Inoxidables. Nunca se despidieron porque nunca quisieron dejarlo, sino que se vieron obligados a priorizar su futuro laboral al terminar los estudios universitarios en Salamanca a la posibilidad de seguir con la banda. Por ello, cabía dentro de lo posible que terminaran dejándose vencer tan pronto les apretara la inquietud por volver a coger los trastes.

Tuvieron que trabajar salvando la distancia que les separaba:  Mikel envia desde Asturias el material que va componiendo a Ángel en Córdoba para que vaya introduciendo los arreglos correspondientes. Se reunieron en verano de 2018 en los estudios Tutu de Avilés para grabar el nuevo material.

Lo titulan utilizando un verso del primero de los temas que habían compuesto: «A un pájaro pequeño», que surgió como inspiración de la época de Mikel en el seminario durante su infancia. Se desarrolla a un ritmo lento y contenido en lo que canta de la imposibilidad para volar del ave.

Pero el arranque lo pone «Tiempo enemigo», sobre la irreversibilidad caprichosa del paso del tiempo, donde despliegan la dulzura infinita a base de una fórmula similar a la de Family. Las guitarras, por otro lado, suenan británicas, como las que salían de las cuerdas de The Smiths una vez pasadas por el filtro suavizante de Durruti Column.

Con semejantes parámetros tejen «Dormido», una verdadera preciosidad que pugna por ganarse un puesto con toda justicia entre lo mejor de su repertorio de siempre.

«Al mar» discurre ágil con una letra resultona revestida por guitarra y electrónica elegante, mientras que «Mondnacht» se compone aprovechando la formación de Mikel en alemán.

La tendencia por las letras sobre seres pequeños o que mueven a la ternura se refuerza con «Algo que me lleva».

Una gran manera de volver.