Después del palo que supuso la muerte de Iosu, tanto Juanma como Paco deciden tirar hacia delante y junto con Urko Igartiburu a la guitarra se vuelven a meter en el estudio de grabación. Los primeros ochos temas del disco son coescritos por Juanma y Paco pero la desgracia volvió a pegar un estacazo al grupo y Juanma falleció debido a las secuelas de su adicción a la heroína. Para acabar el disco llaman al bajista Iñaki Gato que ya antes había actuado alguna vez con ellos y también colabora Garlopa a la guitarra. Los dos últimos temas incorporados al álbum son nuevas versiones de viejos temas.
El álbum lo inician con un sentido homenaje a Iosu “Aki no keda ni Dios” y continúa en la senda de la muerte con “Descanso eterno”, uno de los mejores temas del álbum. El resto del disco flojea bastante, temas como “Pisotear la nación”, a pesar del título no tiene nada de político sino un recorrido por los pueblos y ciudades de España, “Nena” de temática romántica o “Yolanda” sobre la prostitución, bajan bastante el listón medio de los temas que Eskorbuto había hecho durante su trayectoria.
En esta última etapa suelen repetir temáticas de las canciones, “No quedan grupos de rock” es un canto contra los grupos mainstream de la escena, al igual que en discos posteriores están “Rock Spain” por ejemplo, mientras que sobre política que tanto habían cantado lo tocan de refilón y aquí sólo está representada por “Besar el culo a Satanás”.
Para completar el álbum deciden regrabar un par de temas: “El enterrador”, rescatado de sus primeros ensayos y que aquí presentan de un modo menos sucio, narra la vida tediosa de un obrero medio que encuentra la solución a todos sus problemas quitándose de en medio. Mientras, “El norte” es una revisión del mismo modo de “E.T.A.” que salió en “Jodiéndolo Todo” (Surco, 2000) sustituyendo en el estribillo el nombre de la organización terrorista por el punto cardinal.