Tras un parto tan intenso como fue el de «Retorno al Principio» (Avoid, 1998) de Sólo los Solo (seamos sinceros, el disco que la escena hip hop nacional necesitaba) Griffi podría haberse permitido descansar para la gestación de la próxima entrega del dúo –«Quimera» (Del Palo, 2001), que tampoco sería manca- pero su hiperactividad queda manifiesta: produciendo (El Payo Malo, Tremendo) o haciendo skratches, como los de «La Mami Internacional» (La Madre, 2000) de 7 Notas 7 Colores. Por eso no sorprende la edición de este «Akay Lama en el Funkarreo del 2015» (Del Palo, 2000), donde Griffi da rienda suelta a su sonido muy «del palorro» (como él mismo suele decir).
Para ello se reúne con una especie de «dream team» del hip hop del momento. Tras el psicodélico viaje de la introducción (psicodelia y THC) ataca nada más y nada menos que Juan Solo en «Las lágrimas de tu madre», posiblemente el mejor tema del disco: atención a la forma en que Juan pronuncia la palabra «guapetón».
Eddie La Sombra pone su granito de arena en «Babel 2000», un fantástico funk de los que sólo Griffi puede marcarse. «No te rayes» y «Debo encontrar», con Gina al micrófono se acerca al rhythm and blues contemporáneo, pero pasando por el trip hop: aquí se siente, una vez más, la influencia de «Blue Lines» (Virgin, 1990) de los ubicuos Massive Attack.
El Payo Malo y los Sólo ya habían hecho buenas migas en «Retorno al Principio». Su paso por «Akay Lama en el Funkarreo del 2015» deja un funk entrecortado con aires góticos, pero muy del palorro: dejes raggamuffin (¿o rumberos?) y skratches de cante jondo (aunque el tema no acaba de funcionar).
Mucho Muchacho, como suele ser habitual, lo da todo en sus colaboraciones. En «Pra pa pa pha ptptptptatta» es una medio tiempo sencillo y vacilón en el que Mucho Mu juega a ser Ol’ Dirty Bastard (D.E.P.) con un onomatopéyico estribillo.
De nuevo la labor de Tremendo junto a Griffi en compañía es inmensa y «El sentido de la vida» se levanta como otro de los grandes temas del disco. «Eh, Platini, que la ópera no acaba hasta que no canta la gorda» dice, y con razón.
En resumen, un disco necesario para Griffi (y su creatividad) aunque se adolezca de muchas canciones instrumentales, algunas demasiado largas.