Tras su debut con «Colmillos Largos» (El Avispero, 2004), Kante Pinrélico se estrenan realmente con un trabajo de largo duración con este «After-Punk» (El Avispero, 2006). Lo grabaron en el Digital Studio en Semana Santa de 2006 con Vicente Cabrera a los mandos técnicos y Juan, guitarrista de la banda, encargado de la producción y masterización posterior.
Por si quedara alguna duda de lo que entienden los de Cartagena por after punk abren el disco con una apabullante «El nuevo cenobita«. Creo que merece por méritos propios su inclusión en cualquier recopilatorio con lo mejor del género. Sin excesivas aceleraciones, es un tema capaz de poner los pelos de punta. «Cenobitas huelen carne, cenobitas ya es muy tarde«, en lo que guitarras y bajos retumban en una tormenta de eléctrica oscuridad pesada como un martillo. Impactante.
Todo se dispara mucho más al narrar la ingenuidad del que desconoce la maldición de los faraones contra los profanadores: «Traficaré con la momia de Ramsés» decía el muy incauto. Punk rock vertiginoso en tonos de estricto blanco y negro como exige la ocasión.
A un ritmo my similar discurre la correosa (cercana por momentos a trotes de ska) «Brujas de picnic«. Además de en lo musical comparte con algunos otros cortes un punto en clave simpatico, gracioso, algo más relajado de las truculencias siniestras, en la letra. «Veneno en el cubata» y quizás en el caso extremo «Perdidos y sin abrelatas» apuestan por esa chispa de humor que rebaja algunos puntos la tensión necrófila.
«El último espía» suena a experimento de lo más interesante. Con una sección rítmica a la contra, parecen cambiar la dinámica habitual, tejiendo una red densa sobre una historia de espías en un Berlín sin muro. Por momentos Pepe parece acercarse a Nick Fiend, sonando todo a aquel deathrock que dicen que hacían Alien Sex Fiend. Seguida por «Por los siglos de los siglos» constituye un arranque de disco dfiícilmente mejorable.
Arranque jugoso además por lo que tienen de diferentes entre sí estos cuatro primeros temas. Probablemente «Por los siglos de los siglos» añada una aparente querencia de la banda por endurecer las guitarras, haciendo con ellas una cortina demoledora, recordando quizás a otros palos próximos al rock duro.
Como ocurre con «Santo Oficio«, con letras logradas para describir la Castilla cubierta de hogueras de siglos atrás. Rock es también, pero mucho más correoso, el de «El antihéroe» o «Cría cuervos«. En ambos casos, la ligera relajación en lo musical viene acompañada también por el tratamiento de forma poco crispada en las letras de la proclama de destierro antisocial de la primera o del aprovechamiento de la venta de malvas que la tumba de la madre, fallecida al caer desde la ventana que limpiaba.
Algo que también podría aplicar a «Qué mal me peino«, donde las preocupaciones de la protagonista radican en su peinado, en el que puede emplear hasta tres horas no llegando a tiempo a clase. Eso sí, sale en Tele Murcia y recibe premios en carnavales sin llevar disfraz.
Inquisición en unos casos, vampiros en otros («Holocausto«) o espiritismo («Y con tu espíritu«) constituyen argumentos válidos para inspirarse.
El disco lo cierran el ejercicio en clave de glam con durezas de punk de «La máscara de carne«, o el punk rock trepidante de «En busca del fuego«, en el que parecen repetir la inspiración en el cine como ya hicieran en «Hal-900» del disco anterior.
Muy buen material el de este disco, cubriendo las diferentes posibilidades dentro del espectro after-punk. Se hizo acompañar por cuatro pistas de video con directos y videoclips en CD-Rom para PC.
