Acrobacia

Sería equivocado como apuntaban muchas de las críticas de la época, creer que Mercromina era una mera continuación de Surfin’ Bichos. No es necesario remontarse hasta "Canciones de Andar por Casa" (Subterfuge, 1999) para poder observar las diferencias con el grupo que ahora lidera Joaquín Pascual, aparte de las obvias, como la voz y la propia lírica, también en el propio discurso. Si bien Surfin’ Bichos enfocaba sus composiciones en muchos de sus casos a la melodía y a la oscura lírica de Fernando Alfaro, a "Acrobacia" (Subterfuge, 1995) se le nota cierta querencia por dar un protagonismo a la densidad de las guitarras y las atmósferas ("Ciencia ficción", "Pájaros"). Además, encajan perfectamente con el sonido de guitarras que más se profesaba dentro del indie español del momento -no hay más que escuchar "De vuelta a casa" o "Mundo paralelo", ambas hijas de su época- y por lo general, la sonoridad de todo el disco pertenece a unos años muy determinados. Por otra parte, se les puede acusar de resultar crípticos con las letras, e incluso de utilizar cierto lenguaje similar al que utilizaba Fernando Alfaro. Sin embargo, es lógico que el sonido se emparente con su anterior grupo, ya que son tres cuartos de Surfin’ Bichos los que ahora creaban las canciones y prácticamente solo distaba un año desde su separación.

Respecto a las composiciones, es un disco homogéneo, no hay ninguna que supere en complejidad o calidad al resto. Si que resalta "Ciencia ficción", por su estructura y sus sorprendentes subidas y bajadas en lo que a intensidad se refiere. En otras, como "Interferencias" suenan a Sonic Youth intentando abrirse a codazos hacia el pop, mientras que en "Amoniaco" es de las pocas que abraza directamente la melodía, una pieza basada en guitarra acústica, pero que por lo general son canciones de indie rock muy emparentadas con el sonido de principios de los 90.

Pero como hemos dicho, a pesar de las similitudes con Surfin’ Bichos que, al fin y al cabo, habían en cuanto a sonido, a Mecromina se les nota ya las primeras muestras de querer diferenciarse, aunque aún no lo consiguiesen del todo.