Grabado en los estudios Tsunami en dos semanas con la producción de Aitor Amezaga, hermano de Oskar, dueño del sello con el que grabaron, Discos Suicidas. La compañía adelantó unas 200.000 pesetas en concepto de royalties.
La portada, en referencia a uno de los mejores cortes del disco («Mamá le ha cortado la cabeza a papá«), que muestra a una mujer empuñando un hacha con un niño abrazado a ella, es diseño de Claus. Como modelo utilizó a la dueña de un bar de Vitoria. La canción en cuestión se compuso a partir de una noticia que leyó el grupo en el periódico de sucesos El Caso. Aparentemente, la mujer, después de acabar con la vida de su marido con un hacha intentó incluso matarse dándose de cabezazos con una ventana.
El disco es toda una sorpresa. Ciertamente la banda había sufrido alteraciones en su formación desde el trabajo anterior, publicado tres años antes «Vómito» (Discos Suicidas, 1987), pero la evolución en el sonido pilló por sorpresa a muchos. Vómito dejó atrás el sonido áspero y primitivo desarrollado en el arriba mencionado primer larga duración y los temas contenidos en el recopilatorio «Skalherria Punk» (Discos Suicidas, 1986), para ofrecer unas canciones mucho más cuidadas, más luminosas, con mayor arrope de guitarras y en una onda con un punto más siniestro. Quizás más cercano a las bandas punk inglesas de segunda generación.
El grupo se centra alrededor de las pesadillas, paranoias y engarza las canciones con la locura, el desequilibrio, como hilo conductor. Referencias literarias (Orwell, Lovecraft, dedicatoria a Bukowsky), influencias de los tebeos de Alan Moore, hablan de una ampliación de miras.
Precisamente el comienzo del disco es para «Mirando el abismo«, muy buena, en todos los sentidos; está construida con una base de guitarras preciosas durante toda la canción. Tiene letra inspirada en la serie de tebeos de «The Watchmen» de Allan Moore. No mirar al abismo para que no caer en la locura: “Nunca luches contra monstruos / conviertete en uno más / Si miras fijamente al abismo su mirada te devorará”. El grupo explicaba: «Es un personaje que se encuentra al borde de la locura y no sabe distinguir entre el bien y el mal a raíz del secuestro de una niña que la descuartizan y se la dan a los perros para comer«.
Con un aire a lo Peter and the Test Tube Babies, «Sombras«, un tema enorme, habla de los miedos a lo desconocido, a la oscuridad. Al mismo grupo inglés se diría que suena el ya mencionado «Mamá ha cortado la cabeza a papá» o el medio instrumental «En las montañas de la locura«. Auténtica sinfonía a la locura, como la definía el propio grupo, representa el mencionado homenaje a Lovecraft. Lucha entre las fuerzas del bien y del mal decían ellos.
«Colaboración ciudadana«, un tema algo más antiguo que el resto, se acerca más a las críticas a las fuerzas de seguridad que trabajasen en las primeras maquetas y disco. Es la canción que les permite hacer la referencia al escritor George Orwell y su Gran Hermano.
El tono general del disco es eminentemente rockero, como «En otro tiempo en otro lugar«, una especie de globalizacion de los conflictos bélicos acaecidos ahra y siempre, o el rock clásico acelerado de «No puedo parar«, que hace referencia a la necesidad que el aburrimiento nos produce de que sigan ocurriendo cosas a todo momento.
De «Vete lejos de mi» el grupo decía en una entrevista que tenía una letra corta, sin mayor trascendencia. Buen punk rock.
«Dicen que no» suena incluso a metal. Tiene coros siniestros que la convierten en una composición oscura con intensidad de rock enérgico.
Es un gran disco, que pone tierra de por medio de la producción anterior del grupo.
