Pero, ¿es que puede haber alguien que no conozca “Sabor de amor”? Poco más se necesita decir para presentar este álbum, en el que Danza Invisible se sumergen finalmente en su nueva orientación sonora, en la que dejan atrás los sonidos típicamente ochenteros, las reminiscencias a synth pop y nuevos románticos para abrazar el pop más luminoso y comercial, con toques generales de rock y blues y un fuerte poso latino y, especialmente reggae. Será aún mas claro en el siguiente, pero este ya sienta las bases.
“A Tu Alcance” (Twins, 1988) se nutre de una serie de canciones imperecederas que fueron éxitos absolutos y aún hoy viven en la memoria colectiva del público; son las canciones con las que se asocia ineludiblemente a Danza Invisible: la mencionada “Sabor de amor”, Reina del Caribe” y “A este lado de la carretera”, esta última versión de Van Morrison. A un lado esto, es indiscutible que este disco no está a la altura de “Música de Contrabando” (Twins, 1986), pero igual da ya.
Aparte de las más conocidas, merece la pena destacar “Rock animal”, curiosa letra de rebelión de la fauna, “Consentido amor” o «Estrellas a mis pies«. Hay otros momentos, los menos, que no han envejecido muy bien y pueden lastrar la experiencia global, pero solo con los las tres canciones mencionadas en el párrafo anterior muchos se pueden dar por satisfechos con este álbum. A partir de aquí cambia todo para Danza Invisible, y lo cierto es que no gustó mucho a sus primeros fans pero, claro, llegaron otros nuevos.