Fasenuova es una formación al margen de modas y tendencias que bebe de Throbbing Gristle y Esplendor Geométrico y declara que realmente hace rock and roll. Lo suyo es el ruido eufórico, el sonido industrial facturado con sintetizadores y moduladores fusionado con el rock más primitivo.
Estamos ante un trabajo más accesible y menos experimental que el primigenio split compartido con los americanos Angel Dust: “Angel Dust / Fasenuova Split” (Ozonokids, 2007). La voz de Ernesto Avelino sigue sonando con fuerza y severidad, pero menos cruda y violenta, y los ritmos industriales mantienen su esencia pero pierden agresividad.
“Rojo y ne” consigue que profundicemos en su sonido, ritmos hipnóticos que penetran hasta los más profundo de nuestro cerebro. Es esa puerta de entrada que aparece reflejada en la misma portada.
“Vamos a bailar la noche” aumenta nuestras pulsaciones, una celebración oscura a base de ritmos opresivos, latigazos eléctricos y riffs de sinte primitivo. Fasenuova recogen el testigo de formaciones como Suicide y Cabaret Voltaire para defender una propuesta muy personal realmente efectiva.
El corte homónimo, “A la quinta hoguera”, suena majestuoso con esos sintes combatiendo contra las luces y las sombras; “Cachito turulo” por su parte, es un corte experimental e infeccioso en un entorno castigado.
Debemos destacar “Yo te imito”, armado a base de una letra surrealista –“Baila conmigo yo te imito / Y a Cana Sei y a Cana Sera”-, dark ambient, rock cósmico y riffs primitivos.
Cierra “Cuando venga el halcón”, poesía negra -“Cerca del monte hay un río que crece en el cielo / y en la montaña caliente / que nace en el fuego / montes negros devoran el cielo”- y un ritmo pesado y lento que termina creando una atmósfera densa y asfixiante en la que Ernesto reza su plegaria.