El proyecto Caxade nace en el mundo del audiovisual en el último trimestre del 2012, en Ames (A Coruña), como un proyecto audiovisual transgresor basado en videocreacciones. La primera fue «A Dança dos Moscas», a ella la siguen “Gente Pota” y “Sr. Xorda” (con Javier Antelo Seoane, Íria Pinheiro y Tánia Ameneiro). En estos trabajos percibimos un universo surrealista que al poco tiempo cobra vida como formación musical estable. Alonso se encarga de la voz, el acordeón y el chifre de capador, y es acompañado por Manu Paino (trompeta y carrillón), Manu Espinho (bombardino) y Xosé Tunhas (batería).
Un año después y tomando por título el de su primera videocreacción llega su primer LP: “A Dança dos Moscas” (Discos da Máquina, 2013).Un disco grabado por Marcos Paino y Tomás Ageitos en agosto de 2013, las mezclas tienen lugar en el estudio a Ponte (Roxos, Santiago de Compostela) de la mano de Ageitos, de la masterización se encarga Dr. Chou. De la composición, la producción y los arreglos se encarga Alonso Caxade.
La edición corre a cargo de Discos da Máquina, la casa de formaciones como Das Kapital, Grampoder y Ataque Escampe.
Caxade nos transportan a un universo paralelo perdido en el tiempo. “Introito” es la introducción perfecta con ese grito de Alonso de “afiador, acordeonista” a “Afiador da realidade”. Un corte armado a base de un acordeón incisivo y ecos de Yann Tiersen.
“Gente pota” introduce el bombardino y su aguerrida sonoridad. El corte al igual que el disco suena costumbrista e irreal, suena a fiesta de pueblo, a belleza… a realismo mágico. “Sr. Xorda” trae nostalgia, “Dança dos Moscas” y “Demos Graças” suavidad y delicadeza.
“Amélia” suena majestuosa gracias a una instrumentación brillante y a los tintes trovadorescos de Alonso. El punto álgido en cuanto a surrealismo se alcanza con “Capadores de extraterrestes”. Cierra “Foliom da rebelión”, una intensa llamada a la revuelta.
Estamos ante una propuesta valiente y atrevida que funciona realmente bien. Las melodías resultan efectivas y bien ejecutadas, y aunque por momentos pueden resultar monótonas, los buenos momentos lo compensan.