Alevosía

Alevosía

Ariola es comprada por la multinacional Virgin y Aute pasa a este sello. Su primer trabajo para ellos es “Alevosía”, un buen trabajo de madurez, entre lo más granado de la obra de este cantautor de largo aliento. De nuevo, la producción pertenece a Gonzalo Lasheras y entre los músicos aparecen habituales como Tino di Geraldo, Luis Lozano o Suso Sainz y otros no tanto como el contrabajista Javier Colina. De nuevo el erotismo y el amor lascivo, cuya propia carnalidad justifica hasta lo injustificable son el tema de este esperado álbum -tres años sin entrar en un estudio de grabación-.

El CD se abre con “Alevosia” aunque antes de abrirlo asistimos a una foto de portada que avanza su contenido interior. Una pieza de sonidos selváticos y música amplia. El amor del animal. Ese amar hasta que duela o como dice el estribillo: “Yo te quiero con alevosía”. Silvio Rodríguez colabora en los coros. “Hoy tengo un día de esos que mandaría todo a hacer puñetas” es el inicio de la letra inteligente de “Imán de mujer”. Aquí aparece la mujer como compensación, como aliento de vida, casi me atrevería a decir como reposo del guerrero.

“Dear Peter”, subtitulada “Te debo una canción” en referencia a la música compuesta por Peter Gabriel. Una balada sensitiva que abandona la temática del álbum para ahondar en los sentimientos de un perdedor abandonado que sabe que debe salvarse a sí mismo, pues nadie se acerca a los perdedores. “Terca noche” nos presenta en letra y música un halo de misterio, un misterio personalizado en la noche. Una noche que es mujer a la que no entendemos, a la que tememos incluso, pero a la que necesitamos.

Una de las composiciones estrella del disco es “Hemingway delira”. Calientes ritmos caribeños de güiros y maracas que nos recuerdan que el escritor inglés vivió durante muchos años en Cuba, donde escribió varias de sus novelas más celebradas. Aute intenta viajar en el tiempo y transmutarse en el escritor sumido en la placidez del ron, los habanos y las caderas de las sirenas guajiras. “En el Caribe se escribe como se vive”, repite su estribillo. La masturbación femenina se adueña de “Mojándolo todo”: “Tendida, con los muslos como alas abiertas, dispuestas al vuelo… me incitas, me invitas a viajar por lácteas vías y negros agujeros levemente desvelados por tu mano que juega por pudores y sudores”. Una pieza de erotismo sin disimulos y elegancia formal en la música.  La segunda voz de Alicia Alemán subraya algunos pasajes.

“Besos como balas” es la reflexión de quien vive sin salvavidas y se lanza tumba abierta hacia esos besos como balas sin saber cuál será su final. Imposible planear nada cuando el amor carnal dirige la vida. El cuarteto de cuerda acompaña la elegancia rococó de “Invisible”, una pieza clásica en el más clásico de los sentidos musicales. En alguna ocasión Aute cantó esta canción desde detrás del escenario en un guiño al título. Nueva ración selvática y tórrida en “Arrebato” cantada a dúo con la cantante portuguesa Missia. Una salmodia profana y, por momentos, demoniaca que nos invita a conocer el arrebato de vivir. En la instrumentación mezcla de ondas de sintetizador con percusiones étnicas.

Ritmo de fox y el inevitable Aute cínico y jocoso en “Tiro por la culata”, un curioso personaje que quiere ser malo y perverso, pero no lo consigue y acaba metiendo la pata sin lograr matar ratas y trepas, porque le sale el tiro por la culata. Un ejercicio de autoironía. Balada grande de las de voz, piano y desgarro para cerrar el CD. “Querencia”.  La mujer deseada y ausente, tal vez perdida para siempre. Esa mujer que nos mantiene muertos de pie. Un buen cierre para un álbum por el que mereció la pena esperar tres años.

Grupo:

Manila fue la segunda ciudad del mundo...

Compartir:

Tracklist:

  1. Alevosía
  2. Imán de mujer
  3. Dear Peter
  4. Hoy, ahora, ya
  5. Terca noche
  6. Hemingway delira
  7. Mojándolo todo
  8. Besos como balas
  9. Invisible
  10. Arrebato
  11. Tiro por la culata
  12. Querencia

Compartir: