El punk de Lupers no es de crestas, chupas de cuero o muñequeras de pinchos; no es ésa su estética. Tampoco pasa su punk por hacer crítica social ni bramar contra fuerzas de seguridad represoras. Parecen encontrar más bien en sus canciones la oportunidad para poder desahogarse, decir «Hijo de puta» sin parar de todas las formas posibles, o a la dueña de la casa donde sólo se han dormido cuatro horas, poder desparramar con salvajadas, con salidas de tono políticamente incorrectas… Es quizás con esta visión casi terapéutica con la que parecen estar gestionando la existencia del grupo y con la que despachan su nueva entrega.
Concebido con el reto de ver si eran capaces de poner todas las canciones en un 7″, han ensayado con el formato de vinilo, que presentan con la foto de la hermana de Miguela. También viene en CD y piensan moverlo con la complicidad de Folc, el sello madrileño con el que trabajan Los Chicos o The Government. Grabaron, como siempre en Drive Division, donde trabajaron con Alex Pis, que también mezcló y masterizó.
Siguen trabajando el parámetro de las dos voces femeninas, algo que en algunos momentos te hace pensar en Aerolíneas Federales, aunque los de Santander suenan mucho más contundentes. Precisamente la presencia de Van y Miguela ha llevado a que en algunas de las reseñas que les han hecho fuera de nuestras fronteras se utilizase la comparación con los ingleses X-Ray Spex. Yo creo que no van por ahí los tiros pero lo que sí es cierto es que en este «9» (Folc, 2014) se vislumbra una más que interesante vertiente por derroteros diferentes a los de la pura y simple caña.
Ellos dicen que no, que las canciones salen como salen, y no hay intención previa alguna, pero «Sistema» y «Morireis» proponen una especie de acercamiento a aires de nueva ola, a cierta sofisticación y mesura que invita a pensar en posibilidades más que interesantes si es que alguna vez se cansan del puro salvajismo. Inseminaciones por detrás y por delante en la consulta del doctor Valera (aparentemente su médico de cabecera), ostias en la sacristía de pequeña por no quererse bajar las bragas, huevos con tu puta madre si no te convence el resto del menú…. No hay freno.
Decían no reparar tampoco excesivamente en las letras. Aquí valen, por ejemplo para «Le has dao«, cuestiones semánticas de estricto abuso de lenguaje cuando se ofrece ayuda al que va al volante. En «De pequeña» es donde más rockeras suenan las guitarras y en «Kikosong» se contentan con una instrumental.
No busques transcendencias porque no es así como conciben el grupo. Déjate llevar por las ganas de pasarlo bien a base de burradas de canciones.