1990 Histeria

Un grito llama la atención. «1990 Histeria» (EMI-Odeon, 1989) se abre con la canción que da título al disco, completo guiño a la multitud de referentes esparcidos a lo largo de su obra. Desde el «Thriller» (Epic, 1982) de Michael Jackson, a los estribillos corales de los Pet Shop Boys. Grititos estrafalarios a lo Poch, o alaridos a lo Dinarama. En todo caso, un tecno-pop elegante.

«Corazón bimotor», sigue en la misma línea que su antecesora, con un comienzo de ruidillos bastante avanzado, a lo Autechre o Aphex Twin, para poco a poco ir de nuevo hacia un pop sugerente. Samples y tecno con todas las letras en las bases, y un estribillo más italiano que nunca. De momento sigue sin maravillar pero al menos sigue oliendo a aires renovados.

Una versión del «Killing me softly with his song» de Roberta Flack, canción muy especial que tan gratos recuerdos de un amor pasado le traía, y que retuerce bajo un ritmo totalmente distinto al conocido, en plan algo visionario, pues seis años más tarde los Fugees también harían suyo el clásico de los 70. La inclusión de una versión de este tema es un reflejo significativo del cambio. De Bowie a la susodicha versión hay un largo trecho, aunque para ser justos, «No fuimos héroes» es una versión del «Don’t you want me» de Human League.

Reflexivo («Sex o no sex») y autobiográfico («Destino Casual»), mucho más pausado, incluso algo hastiado, este supuso el último trabajo en vida del gran Tino Casal. Tras el fiasco comercial de «Lágrimas de Cocodrilo» (EMI-Odeon, 1987), esta vez, entregado casi por completo ya a la pintura y escultura, el disco no tuvo apenas difusión ni trascendencia.

El cambio no fue suficiente. Quizás su propuesta musical estaba ya agotada, aunque eso, lamentablemente, nunca lo sabremos a ciencia cierta.