Verdadero ejercicio de fuerza bruta de Apurtu para reunir la práctica totalidad de canciones de su repertorio que andaban perdidas, bien por no haber sido grabadas nunca o por no haber quedado conformes de cómo quedaron en su momento. Presentado en formato de doble CD, el recorrido por el material del grupo vasco se articula separado en seis secciones diferentes correspondientes a las distintas etapas cronológicas del grupo: «1989-93 Early Years», «1994-96 Dark Years», «1997-99 Renaissance Years» para el primer CD; «2000-02 Glory/Decadence Years», «2002 Last Songs» y «2008 Reborn» para el segundo con el extra de «Heriotzez inguratua» que queda bajo el epígrafe de «1987 Cavern Days».
La colección permite, sobre todo, la escucha de temas inéditos no disponibles para el seguidor hasta ese momento. Por ejemplo, de la primera etapa del grupo, la que va hasta el año 1993, se incluyen hasta media decena, porque títulos como «Pena kapital«, «Apurtu«, «Bortxaleta«, «Gezurrak» o «Animales» habían encontrado acomodo, de una u otra forma, en huecos de discos del grupo. Otros cinco de la etapa de 1994-1996 son también novedad, mientras que los que contemplan el período entre 1997 y 1999, regrabados en mayo de 2010, fueron material de la maqueta y de parte del «Isolatua» (Autoeditado, 2001).
Como es de esperar los cortes del primer CD son los que muestran a la banda en su faceta más cruda y asimilable al punk de rompe y rasga que desde la época del Rock Radikal Vasco conformaba parte del repertorio más rabioso de los grupos del norte. Excepciones como «Diru kontua«, con un mayor esfuerzo en las melodías vocales, confirman sin embargo la regla general. De esta primera etapa datan además las únicas composiciones en castellano: «Keskond?!» y «Animales» de este disco (si descontamos el ramalazo de apenas medio minuto «Asesina«, ya en el intervalo 2000-2002).
El segundo CD se acerca ya al momento de uno de los parones más abruptos que tuvo el grupo. Es precisamente el año 2002, tras el ya mencionado «Isolatua» (del que se recupera regrabado muchos temas), en el que mucho de lo que tenía Apurtu entre las manos quedaría sin ver la luz. Así por ejemplo, escuchándolos en este recopilatorio, resulta difícil de aceptar que canciones como «Kanpai sensei«, «Berriro ere» (una maravilla), «Ezten«, «Buia» (con algunas de las mejores voces que hayan grabado), «Mailukada behatzean«, «Hiri honetan» o «Topa dezagun» (con el acordeón de su amiga rusa Olga Panteleeva) hubieran quedado condenadas a la oscuridad. ¿El disco perdido de Apurtu que hubiera enlazado su primerísima época con el sonido de los discos posteriores?
Se me antoja casi como imprescindible, más allá de coleccionismos completistas cuestionables, para tener la imagen completa del grupo.