El segundo sencillo, también grabado con Carlos Torero, es un trabajo mucho menos estruendoso que «A Frog in my Throat» (Alehop!, 1995).
Carece también casi por completo de voces. La percusión es la característica, tal y como enseñaron en su anterior disco: machacona.
«King loser» participa de ese punto más de sosiego respecto a temas anteriores. Voces que parecen maullidos, pero con los sonidos sucios de siempre. También hay voces que parecen repetir simplemente ruidillos en «Raven strip«.
Para «Sabra» el grupo se reserva guitarras pulsantes, manteniendo vibración, pero sonando muchísimo menos a los Cramps que antes. Hay cierto tono de western. El trío sigue labrándose un nombre.