En octubre de 2010 Anicet Lavodrama graba “1221” (Bordel, 2011), seis canciones que se editan en abril del 2011. La producción "se compartió con Víctor Cuadros y todo se grabó en El Prodigioso Estudio del Profesor Sonoro de forma espontánea y tirando de la magia que genera nuestra forma de funcionar”. En “Cráneo rojo” cuentan con la colaboración especial de Víctor Algora. Gracias a su difusión por internet sus viodeclips pronto se convierten en un pequeño fenómeno en la red, así el clip del single -“El último mate de Quique Villalobos”- consigue doce mil visitas en Youtube en una semana, y el de “Tu no me dolió como el codazo de Tassotti” se cuela entre los más vistos a nivel mundial el día de su publicación en el mismo canal.
¿Por qué titulan “1221” a su primer EP?: “1221 es el número del asteroide Amor. Fue descubierto por el astrónomo Eugène Joseph Delporte desde el observatorio de Uccle (Bélgica), el 12 de marzo de 1932. Tiene un diámetro de solo un kilómetro y da nombre al grupo de los asteroides Amor, que se acercan bastante a la órbita de la Tierra sin atravesarla. Su designación alternativa es 1932 EA1”. Claros y concisos.
La portada es un homenaje al “All Things Must Pass” (Capitol, 1970) de George Harrison, con gráfica de Extragrafics y fotografía de portada a cargo de Jordi Fernández; todo bajo la dirección artística de Benja Villegas.
Abre “Fallo de sistema” con luminosidad, clasicismo y guitarras intensas. Mención especial merecen las letras, cargadas de intimismo cotidiano, relaciones que se complican y mucha ironía. “El último mate de Quique Villalobos” se mueve entre la sencillez y el lo-fi, un himno casero en el que el baloncesto es el protagonista, y en concreto Quique Villalobos, uno de los grandes matadores históricos de la ACB.
Las guitarras acústicas inundan la melódica “Cráneo rojo” y “Tu no me dolió como el codazo de Tassotti”. Un corte melancólico e irónico en el que un no consigue evocar uno de los momentos más dolorosos de la historia reciente de nuestro deporte, el codazo de Tassotti a Luis Enrique en el Mundial del 94.
Un trabajo prometedor que pone en el mapa pop a Anicet Lavodrama.