CONJUNCIONES

CONJUNCIONES
CIMG5435
Albóndigas con sepia / Vídeo

Planeando las vacaciones, suele asaltarnos la disyuntiva entre “mar o montaña”. Hay quien lo tiene claro y siempre tira o bien a la playa o bien al monte, invariable e indefectiblemente. Otros intentan alternarlos, pues lo mismo disfrutan rompiendo olas que triscando por una ladera, untándose bronceador que un ungüento que espante insectos. En cualquier caso, no puedes simultanear ambas actividades; o te calzas unas chanclas o unos borceguíes camperos.

En cuestiones gastronómicas, sin embargo, el asunto sí puede resolverse con una conjunción copulativa: mar y montaña; o sea, un plato que integra carne y pescado a la vez. Si esto puede parecer algo excéntrico y estruendosamente atípico, piénsese que está sucediendo cada vez que se va a un restaurante chino y en el plato aparece pollo, o cerdo, con gambas. En las latitudes anglosajonas a la mezcla se la conoce como surf and turf. Por aquí, la gastronomía mediterránea —principalmente en Cataluña y en la Comunidad Valenciana— domina ese arte de combinar en la misma cazuela bichos que nadan con bichos que pastan.

De valencia era el sexteto Vídeo. Y como los platos de mar y montaña, lo tenían todo. Eran tecno y eran pop. Tenían imagen; tenían buenas canciones; tenían una vocalista que cantaba e interpretaba más que bien. Pepa Villalba, además, ostentó durante muchísimo tiempo el título honorífico de lucir el mejor flequillo del pop nacional (estandarte que hoy porta Isa, de Triángulo de Amor Bizarro).

Vídeo se acercaban a la estética de los nuevos románticos, que eran gentes que no salían de casa sin ir arreglados. Tuvieron un éxito rotundo con su primer álbum. Como decía Joaquín Luqui, famoso locutor de los Los 40 Principales, “Tú y yo sabíamos que serían tres, dos o uno”, como así ocurrió. «Videoterapia» (Zafiro, 1983) lo produjo Tino Casal, que ayudó a insuflar alma a los ritmos sintéticos, fríos y automáticos de la banda, a dotar de un efecto integrador, moderno, en el que Pepa tanto brillaba. En los discos que le siguieron ya no volvió a darse esa aglutinación. O fueron carne o fueron pescado. Por supuesto, ser una cosa u otra no está mal, que un buen solomillo o una buena tajada de merluza se valen por sí solos, pero a veces la unión de contrarios aporta mucho más.

(Dedicado a Luis)

Twitter: @goghumo

Compartir:

Comentarios