Cuando el autor del libro «La Distorsión Inteligente. Post Hardcore; La Reivención del Punk» (Quarentena, 2014) me preguntó si quería escribir algo sobre el post-hardcore nacional acepté sin vacilar el encargo, claro que días después aparecieron todas las dudas posibles el enfoque del tema a tratar. El primer descarte fue sobre qué o qué no es, algo bastante pueril, la verdad, ya que muchas bandas hardcore han traspasado géneros más allá de estancarse teniendo a formaciones como Standstill o Nisei como grandes ejemplos de ello. Cuando se menciona el término post-hardcore es inevitable pensar en bandas tan capitales como los madrileños A Room With a View, Half Foot Outside en Pamplona, los iruneses Lisabö o los catalanes No More Lies. Algunas todavía en lo más alto, otras siempre reivindicables a pesar de los años transcurridos y todos con álbumes que no han perdido la vigencia con el paso del tiempo.
Pero por mi parte prestaré atención a otras bandas que por su localización se encontraron lejos del foco habitual de atención de los medios musicales. Este no será un camino exhaustivo, lo cual daría para todo un libro, sino una selección de bandas que, particularmente, creo que merece la pena recodarlas. A pesar de la mencionada distancia siempre hubo conexión entre todas ellas, bien fuera porque tocaban juntos en diferentes directos o por compartir sello discográfico.
Lo más habitual es que fuera en la conocida BCore, casa madre de muchas de ellas y clave para entender la escena hardcore nacional, pero me detendré en el más ignoto sello malagueño Outlast, que estaba unido al fanzine «Resurrección». Allí grabó el grupo navarro Sheregano, que no es otra cosa más que una banda paralela de algunos de los componentes de Half Foot Outside. Sólo tuvieron una referencia pero los trece cortes de su único LP -que nos hacían recordar a grupos como Quicksand o Refused- siguen manteniendo la energía y contundencia del día que se grabó. Prometían mucho pero debido al traslado de localidad de sus componentes se disolvieron demasiado pronto.
Del mismo sello surgió el quinteto malagueño Shameful Heaven. Nacidos en 1999 de las cenizas de otras formaciones como Emptychild, Staydown y Blindness, sólo grabaron un EP llamado como la propia banda. En sus temas mezclaban elementos post-hardcore con toques screamo y sonidos más metaleros. Pero, al igual que, Sheregano se disolvieron poco después de su lanzamiento.
Más vida tuvieron los granadinos Maine, con componentes de diversas formaciones de la ciudad como Skate Klan, Manneken Pis y Marguila Gorila, que grabaron un par de álbumes en la discográfica barcelonesa Tralla Records. Su debut llegó de la mano del prometedor «Motorhome» (Tralla, 2000). Un LP lleno de tensión y arrebatos sonoros donde destacaban temas como «Au pair in blue» o «A literary room for a view», que les entroncaba con el hardcore melódico californiano. En su segundo trabajo, «A Moment Before» (Tralla, 2003), la banda da un giro a su sonido, rebajando el tempo de las canciones, sonando más intimistas y oscuros. Disueltos ese mismo año el 80% de la formación volvió al cabo de un tiempo bajo la denominación de VaraverdeAñade este contenido.
El último paso por Andalucía nos lleva a Jerez de la Frontera para mencionar a G.A.S. Drummers, todavía en activo y con casi dos décadas juntos no se han prodigado mucho en el estudio pero su discografía demuestra lo inquieta que es la banda y su clara evolución que no les pueden achacar que sean inmovilistas. En sus inicios coquetean con el hardcore melódico, pero es en su segunda referencia, «The True Charm Of Bourgeoisie» (Wild Punk, 2001) cuando G.A.S. Drummers se decantan por el post-hardcore. Arrebatos punk, guitarras enérgicas y unas magníficas letras, donde destacan temas como «The paradigm of a Modern Democracy» o «Babylon is falling», en las que la banda canta sobre el capitalismo y su particular visión de la sociedad con el cambio de siglo. Unas letras que miradas con el tiempo parecen proféticas.
De las Islas Canarias salieron propuestas tan interesantes como This Drama o Daylight In Red, pero yo destacaré a The Mistake y su enérgico segundo disco, el autoeditado «Polaroids» (2003) reeditado en 2012 por el sello El Hombre Bala. En él el grupo tinerfeño suena urgente, con aires melódicos y por momentos nos hace recordar al grupo de Seattle Sunny Day Real Estate. Los canarios, como G.A.S. Drummers, tampoco tienen una discografía muy prolija y actualmente forman parte del catálogo de BCore. En sus últimos trabajos han virado su sonido que les entronca con sus compañeros de sello Nueva Vulcano.
Pero los postulados del post-hardcore siguen teniendo vigencia en el momento de escribir estas palabras. Destacaría a los ovetenses Las Nurses que, tras tres prometedores singles, en 2012 lanzaron su LP de debut en el sello Discos Humeantes. Alternando el castellano y el inglés en sus canciones, los once temas que conforman el mencionado LP suenan urgentes y furiosos, degluten estilos ya bien sea noise-rock, post punk o el mencionado post-hardcore haciéndonos recordar por momentos a grupos estadounidenses como Unwound o These Arms Are Snakes.
Para finalizar mencionaría a los zaragozanos Interlude que lanzan sus álbumes bajo licencia Creative Commons. Entre todos ellos destacaría el mini-LP «Les Miserables» (2008), seis temas difíciles de catalogar debido a la heterogeneidad de la propuesta. El grupo conjuga elementes hardcore, punk, emo y screamo. Ruidosos a la vez que melódicos y dejando a un lado la mayor experimentación que presentaban en su debut.
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