“Uno era técnico por necesidad, por lo menos en mi caso, para poder grabar y producir tenía que ser técnico. Lo que quiero decir con esto es que mi formación fue nula. Yo he sido totalmente autodidacta, aprendí viendo a otros trabajar, mucho Internet… (¡Ah, perdón, que no existía! ¡Anda! ¡Si hubo una época en que no había ni Internet ni móviles! Y lo que es peor, ¡yo la viví!). Trabajábamos en la bendita ignorancia, lo hacíamos todo por pura intuición…”
Loco.
Cómo no llevar un estudio de grabación.
Hurtado & Ortega, 2016
Paco Loco (Los Locos, Sangrientos, Australian Blonde) es una referencia ineludible cuando hablamos de música en nuestro país. Si ya hablamos de música underground, se convierte en una especie de gurú al que acudieron decenas de grupos desde los 90 hasta la actualidad.
En este 2016 Paco ha decidido publicar su biografía, en un libro muy cuidado que se divide en tres partes: «Producción», «Grabaciones» y «Cacharros». Un libro escrito con mucho sentido del humor y mucha sinceridad. Aspectos que convierten su lectura en un rato ameno y agradable. Además, está el aspecto didáctico que tiene en muchos momentos, que se traduce en consejos y pequeños trucos que nuestro productor más emblemático pone al alcance de todo técnico, productor o músico con ambición y ganas de mejorar. Consejos de amigo, que da alguien curtido en mil batallas, y que no encontrarás en ningún manual técnico.
En la primera parte, “Producción”, Paco cuenta cómo fue desarrollando sus estudios de grabación. Tras poner en marcha Los Locos, una banda que alcanza una importante reputación en Asturias, decide que quiere hacerse con un pequeño equipo para grabar sus propias composiciones. Comienza con un pequeño grabador de cuatro pistas pero en seguida se le queda corto… “Un día me levanté y me planteé comprar algo más grande para componer y vender mis composiciones, pero no tenía dinero y tuve que sablear a mi familia”, comenta. Con unos 7000€, 3.500€ que le presta su padre y 3.500€ de su tío (con la condición de devolverlos), pone en marcha su primer estudio con una mesa Studio Master y un grabador Fostex de 8 pistas, además de un par de micros, sampler y secuenciador. Evidentemente, poco a poco, se corre la voz por Xixón de que Paco tenía equipo para grabar, comenzando la peregrinación a su estudio. Un estudio que iría cambiando constantemente, tanto de lugar como de equipo, generándose poco a poco ese trastorno incurable de audiógenes que lo lleva a rodearse de todo tipo de artefactos que tarde o temprano termina utilizando en las grabaciones.
Esta primera parte nos cuenta cómo se desarrollan sus primeras producciones (The Amateurs), da importantes consejos a los grupos para ahorrar dinero grabando y muestra su carácter romántico a la hora de enfocar una grabación, así como su predilección por el mundo analógico frente al digital. Aunque se mueve como pez en el agua en ambos.
En la segunda parte, “Grabaciones”, su vida personal se entremezcla con las producciones que considera más importantes y significativas de su carrera. Comienza con el fundamental “Pizza Pop” (Subterfuge, 1993) de Australian Blonde. Un disco que abrió un importante camino: el del indie como fenómeno en nuestro país. Además de establecer con la banda una relación de profunda amistad con la banda (algo que le ha pasado a gran cantidad de artistas, que tras grabar con Paco no han vuelto a grabar con otro productor), llega a formar parte de ella durante años.
También hay tiempo para el “Six Ways To Sunday” (Radiation, 1995) de Maddening Flames, que lo lleva a conocer al amor de su vida y a su inseparable compañera de viaje: Muni Camón; para discos referenciales como los de Nacho Vegas, para establecer una amistad duradera con los amigos americanos: John Agnello y Steve Wynn… todo ello como decíamos, entremezclando su vida personal, con las anécdotas, el humor y los aspectos técnicos. Con una narrativa fluida y directa Paco consigue acercar al lector ese mundo complejo de las grabaciones musicales.
Desde aquel estudio inicial en Xixón a su actual estudio-casa en el Puerto de Santa María (Cádiz), tenemos la oportunidad de conocer el ascenso de nuestro Phil Spector patrio, llegando incluso a ser nominado al Grammy por su producción de “Corazones” (Warner, 2015) de Mikel Erentxun. Los propios artistas se encargan de contar su experiencia personal y muchas anécdotas sobre el trabajo con Paco.
Para el final queda la tercera parte: “Cacharros”. La oportunidad de conocer su estudio por dentro, con aspectos técnicos tratados con la cercanía habitual en Paco, que pone de manifiesto experiencias propias, soluciones económicas y alternativas a la hora de hacerse con un equipo.
Estamos ante un libro imprescindible para cualquiera que quiera dedicarse a la producción o a grabar canciones propias o ajenas; y altamente recomendable para cualquier lector por su carácter cercano y su sencillo tratamiento de los aspectos técnicos.
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Unas canciones y una historia