En la década de los 50 los niños y niñas prodigio brotaban como las setas. Los triunfos de Joselito y más tarde de Marisol hacían que cualquier familia que tuviese un retoño capaz de cantar o hacer alguna monería creyese poseer una mina. En casi todos los casos eran flor de un día y se pueden contar con los dedos de una mano los que ya crecidos hicieron carrera. Uno de esos dedos debe reservarse para esta catalana conocida artísticamente como Lita Torelló. Dolores Torelló nació en Barcelona en 1946 y a partir de los nueve años ya cantaba en actos infantiles y acudía a todas las actuaciones y concursos radiofónicos que se ponían a tiro. Asidua durante años del programa cara al público “El Club Infantil” de Radio Barcelona, su nombre empezó a sonar como estrellita precoz hasta el punto que su familia decide que deje de acudir a la escuela para centrarse en su carrera artística. Lita cantaba realmente bien la copla a pesar de su corta edad.
En 1959 compartiría vinilo con otras aspirantes infantiles en un EP; sin embargo, Lita iba creciendo y los gustos musicales nacionales cambiaban a toda velocidad. Su voz clara, plana y su buena afinación la hacían idónea para interpretar temas de música ligera y ahí encaminaría sus esfuerzos. Su deambular por editoriales musicales y emisoras tuvo su recompensa cuando en 1961 le proponen participar en el “III Festival de la Canción del Mediterráneo” (Vergara, 1961) donde defenderá dos temas y que supondrá su primer contrato discográfico serio, su primer EP y su primera aparición televisiva. Lita obtiene el segundo puesto con “Presentimiento” y el octavo con “Julio Verne”. Un exitazo para una neófita de apenas 15 años. A partir de ahí comienza una intensa carrera discográfica a razón de un disco por trimestre.
En 1962 vuelve a ser finalista en el evento musical mediterráneo y en 1963 repite segundo puesto con «Paz». Un par de años habían sido suficiente para convertirla en una de las figuras de la incipiente canción moderna española, siendo una de las primeras que se ganará el apelativo de chica ye yé. También inicia por esos años su carrera cinematográfica, pero no busquen a Lita entre las actrices de añejas películas. Lo suyo era doblar al español las canciones de películas. Su correcta voz, su capacidad de adaptación y su rapidez en el trabajo la hacían ser solicitada para cantar en nuestro idioma los temas del cine. El primero importante será “El Día más Largo” (Andrew Morton / Ken Annakin, 1962). Este tema va a formar parte de uno de los discos más vendidos de toda la carrera de la cantante: “Desafinado / El Día más Largo / Si è Spento il Sole / Madison à Paris” (Vergara, 1962). Lita era una cantante de repertorio; es decir, que garbaba todo aquello que se le ocurría a su discográfica. Muchas canciones de San Remo, traducciones de temas francesas e italianas y canciones procedentes de festivales varios. La propia cantante explica la situación en el encarte de su recopilatorio editado por Rama Lama: “En España solían aparecer antes las versiones en español que hacíamos de canciones italianas, francesas e inglesas Por ejemplo, yo grabé «Cae la nieve» en español antes que apareciera el original de Salvatore Adamo. Otro caso parecido ocurrió con Incendio en Río de Sacha Distel. Nuestra compañía discográfica mantenía esa política, quizá porque en esa época el público prefería canciones en español”. Eso de ser cantante de repertorio no era ninguna bicoca. A pesar de registrar unas ventas aceptables, viajaba con su padre y su hemana Margarita, que hacía las veces de representante, en un Seat 600 y casi nunca tuvo un grupo fijo de acompañamiento, por lo que se veía obligada a cantar con la orquesta que hubiera contratada en cada local con uno o dos ensayos previos. Esto era algo habitual y Gelu, por citar otra cantante contemporánea, se veía en la misma difícil tesitura de cambiar de músicos cada día. Y no estamos hablando de actuaciones esporádicas, sino de más de un centenar de bolos por año.
Lita Torello grabará sus primeras canciones en catalán, unos villancicos destinados al disco: “Lita Torelló i José Guardiola Cantan el Nadal” (Vergara, 1963). Para entonces ya es una de las cantantes españolas más populares y era habitual verla en Madrid en actuaciones en salas como Imperator y otras del barrio de Argüelles. Dúo Dinámico, Los Sirex, Luisita Tenor y José Guardiola compartieron escenario con ella en sus viajes por toda España. A partir de 1964 abraza los temas pop con una serie de canciones memorables: “La más bella del baile”, “Ahora te puedes marchar”, “Chao, chao”, “No soy digna de ti” y un largo etcétera que repasa lo más granado del incipiente pop europeo. También cambia su imagen y nos encontramos con una Lita minifaldera y con el pelo aclarado, muy distinta a la imagen que transmitían las carátulas de sus primeros discos. En 1965 doblará nada menos que a Julie Andrews en la inolvidable “Sonrisas y Lágrimas” (Robert Wise, 1965). Otra memorable película en la que Lita puso su voz en las canciones fue “Chitty, Chitty, Bang, Bang” (Ken Hughes, 1968), amén de otros films menos conocidos. En 1966 grabará varios discos en catalán para el sello Concentric. No había demasiado problemas en grabar canciones compuestas en este idioma, pero la administración y la censura ponían todas las pegas del mundo para traducir éxitos procedentes del extranjero a este idioma, lo que hacía que los grandes sellos se pensaran dos veces sacar discos en catalán, pero dieran todas las facilidades para que sus artistas pudieran hacerlo en otros sellos de menor entidad. También ese año grabará uno de sus discos más populares: “El Derecho de Amar / Rubia, Rubia / Y…Y…/ El Amor en los Muchachos como Nosotros” (Vergara, 1966). Para entonces, Lita Torelló era una veterana cantante de veinte años de edad.
En 1968 se casa con un cámara de televisión y pone fin a su carrera para no volver a subirse jamás a un escenario. Esto era algo habitual en aquellos tiempos y la mayoría de los maridos no veían con buenos ojos que sus esposas se dedicasen a la cosa artística. Se estableció en Madrid, tuvo dos hijos y llevó la vida de una anónima ama de casa, pero los buenos aficionados no dejan de reconocer que Lita Torelló fue una de las mejores voces ye yé y unas de las más grandes cantantes femeninas de los 60.
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