Dolores

Dolores

El rumor del mar y la flauta de Jorge Pardo se hermanan para introducir el álbum con “La niña de los Montaya”, firmada al alimón por Hilario Camacho y Pedro Ruy-Blas. Una muestra de nuevo flamenco en que la guitarra española de César Fornés trenza arabescos andaluces alrededor de la voz grave de Pedro Ruy-Blas. Una pieza que no guarda demasiada relación con el resto del LP, pero que fue tema obligado en los conciertos del grupo durante toda su historia y dejó perplejos a los asistentes al Festival de Jazz de San Sebastián, 1977. Ya no vamos a escuchar cantar más a Pedro, pero le vamos a oír susurrar y vocalizar onomatopeyas hasta convertir su voz en un instrumento más.

La mitad de medio duro” es un tema de flamenco fusión que une las guitarras eléctrica y española hermanando el rock progresivo con los toques genuinamente andaluces. A destacar aquí el uso que Pedro hace de su voz como instrumento solista que no llega a articular una sola palabra. En “La ausencia”, la voz de Pedro y los saxos de Jorge nos conducen por oscuros vericuetos de jazz rock con un piano tocado a zarpazos, unas congas marchando a su aire con toda libertad y una guitarra de sutiles toques manieristas. No es de lo mejor de este LP, pero así y todo merece la pena escucharla detenidamente.

Dolores era un proyecto ampliamente abierto en el que todos componían. “El jaleo” es un tema del pianista Tomás San Miguel a tiempo de bulería. Una más que particular bulería trufada de jazz en el piano de su autor y por percusiones latinas. Una buena plasmación de lo que bullía por la cabeza de aquella gente, que desde luego se desmarcaban de casi todo lo que se estaba haciendo en ese momento en la música española.

Del guitarrista Andrés Olaegui es “Reflejos”. Tal vez el tema más jazzístico del LP con voces oníricas y algo destempladas a cargo de Pedro y el escalofriante saxo soprano de Jorge Pardo, señalando uno de los momentos culminantes de todo el disco.

Concluye el disco con un tema compuesto por el otro pianista que participó en la grabación: Luis Fornés. Un tema que comienza con un piano del clasicismo para enlazar con la guitarra española, la voz de Pedro en un timbre agudo y toques de primitivos sintetizadores. Según avanza el tema encontramos pasajes corales y guiños a la música clásica nacionalista española. Una pieza onírica y levemente experimental de gran complejidad temática en la que el grupo se muestra elegante y versátil.

El disco fue grabado en mayo y junio de 1975 en los estudios Fonogram, de Madrid con producción del propio Pedro y de Carlos de la Iglesia, que por entonces era batería del grupo de Cecilia y que fallecería en el mismo accidente que la recordada cantante. El disco no saldrá a la venta hasta casi un año después, en abril de 1976. Aparecerá firmado por Pedro Ruy-Blas, pero el plantel de acompañantes quita el hipo. Jorge Pardo (saxo) y Álvaro Yébenes (bajo y contrabajo) que meses después se integrarían en el grupo Dolores. Los pianos corren a cargo del músico de jazz Tomás San Miguel y de Luis Miguel Fornés de Conexión. Las guitarras son para César Fornes, que también perteneció al mismo grupo que su hermano y para Andrés Olaegui, que unos años después formaría Guadalquivir. Pedro cantaría, susurraría y tocaría la batería.

Este disco marco un hito y hoy es una pieza de referencia en la historia de la música española, pero en su momento tuvo una penosa distribución que perjudicó notablemente las aspiraciones de Pedro en el inicio de una trayectoria arriesgada tras haber sido un cotizado cantante melódico.

Grupo:

Por su propia boca Pedro Ample, más...

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Tracklist:

  1. La niña de los Montoya
  2. La mitad de medio duro
  3. La ausencia
  4. Ceuta
  5. El jaleo
  6. Reflejos
  7. Lavapiés

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