Su auténtico nombre fue Miguel Jiménez de Muñana y nació en Larache (Marruecos), cuando este enclave era protectorado español. A los cinco años su padre, militar profesional, es destinado a Zaragoza y allí pasaría Miguel la mayor parte de su vida. El rock zaragozano creció a la sombra de la base militar norteamericana que existió en aquella ciudad. Allí llegaban con regularidad los discos editados en Estados Unidos, que después se pasaban de mano en mano entre los jóvenes maños.
Sus inicios fueron en el programa Plataforma de Estrellas, que se retransmitía en directo desde el Teatro Fleta de la capital aragonesa. Realizó numerosas actuaciones en el Cine Pax, en Samantha y otros locales. La ciudad pronto se le quedó pequeña y viajó a Madrid, donde se enroló como cantante moderno en la compañía de variedades de Lina Morgan. Allí fue rebautizado con el nombre de Chico Valento. De ahí fue a Barcelona, donde compartió vivienda con Rocky Kan, el otro primitivo rocker aragonés.
Chico fue fichado por La Voz de su Amo y antes de finalizar 1961 ya tenía su primer disco en el mercado con ”El rock de la cárcel” como tema principal. Al año siguiente grabaría nuevos discos de twist y rock and roll con versiones en castellano de títulos emblemáticos como “El twist”, “Speedy Gonzales” o “Blueberry hill”. En su época dorada actuó con asiduidad en salas tan importantes como Tito's de Palma de Mallorca, donde llegó a ser un auténtico ídolo entre los primeros turistas que visitaban las islas. En su cuarto EP, editado en 1963, volvió a su querido Elvis con temas como “Kiss me quick” o “Return to sender” en logradas versiones. No tuvo un conjunto fijo de acompañamiento, lo que a la larga le perjudicó bastante. Algunos grupos de la época como Los Teles o sus paisanos, Los Piedras Negras, le acompañaron en distintas temporadas.
Pasó 1965 prácticamente en blanco y en 1966 su discográfica intenta reavivar su carrera con un nuevo disco en el que se incluían versiones de Beatles o Sam Cooke. El disco pasó desapercibido y decidió poner definitivamente punto final a su carrera musical.
Chico Valento habría sido totalmente olvidado si la testarudez del Club de Amigos del Disco Antiguo no se hubiese empeñado en los años 80 en reeditar su discografía. Posteriormente, en 2002, EMI, sello matriz de La Voz de su Amo, remasterizó sus grabaciones y lo editó en formato CD. Lamentablemente, Miguel no alcanzaría a verlo, pues había fallecido el año anterior. Se le denominó el Elvis español y el Elvis de Zaragoza y buena parte de su repertorio está dedicado a versiones en español de éxitos del Rey. Tuvo la fortuna de contar con un adaptador y arreglador como C.Mapel, un músico ligado a diversas editoras musicales que tradujo y adaptó numerosos hits foráneos durante la década de los 60.
Comentarios
Fernando jimenez de nuñana y luengo
Bueno deciros que gracias por acordaros de aquellos que no fueron todo lo que a la gente le hubiera gustado y comunicaros e informaros que el Chico Valento se llamaba Miguel Jimenez de Muñana y Marin
Julián Molero
Tomo nota y completaremos correctamente el apellido de este cantante. En lafonoteca tenemos predilección por salvaguardar el legado musical de los artistas menos conocidos. Gracias por tu aclaración.
Víctor
Sólo hacer una mención a un grupo que acompañó a Chico Valento en muchas ocasiones. Era un grupo de excelentes músicos de la época en Zaragoza .Los Sarakostas , dicho grupo acompañó incluso en alguna ocasión a Rocío Durcal en sus inicios.
Un saludo.
Fabián Irisarri
El libro del periodista Matías Uribe, ‘Zaragoza60’s’, publicado por Heraldo de Aragón en 2016, explica detalladamente la vida personal y discográfica de este gran rocker zaragozano. El autor de este texto debiera consultarlo para centrar exactamente la trayectoria de Chico Valento, tan detalladamente escrita por el señor Uribe, quien conoció a todos los rockers zaragozanos y contactó con ellos y algunos de sus familiares para escribir el libro de casi 400 páginas. En él aparecen además más de medio centenar de conjuntos de la ciudad y una visión de la vida y costumbres de la época. Lo prologa Miguel Ríos y hay visiones muy jugosas a cargo de gente que vivió la década muy de cerca pues tomó parte de la escena musical, desde un magistrado a un catedrático universitario de Arqueología, otro de Literatura, un cantante famoso de ópera, un presentador de festivales, un periodista famoso… o un integrante de los Rocking Boys. Se incluye un rico fondo fotográfico y documental. Muy interesante.