Criados junto al mercado del Borne, del que tomarán su nombre, y de la sala Magic, que convertirían en su cuartel general, este cuarteto forma parte por derecho propio de la eclosión de grupos catalanes de los 70, si bien ya en sus postrimerías. Unos grupos marcados por la fusión y la experimentación sonora que pusieron a Barcelona en el centro del país musical hasta la llegada de La Movida Madrileña.
Borne se fundó hacia 1977 y estaba liderado por la guitarra solista de Víctor Molero, secundado por los teclados de Ricard Rauet y con la base rítmica de los hermanos Oca, Sergio en la batería y José Miguel al bajo. Su primer compromiso importante es en el Calella Camping Rock 77. De ahí pasarían al año siguiente a ser una de las bandas de Canet Rock, la más prestigiosa cita del rock progresivo nacional.
El estilo primigenio de Borne mezclaba funk con rock andaluz y jazz, aunque ya en la siguiente década cambiarían notablemente sus parámetros estilísticos.
Un quinto elemento de Borne fue Josep Costa, su mánager, que consiguió colocarlos sin tener ningún disco grabado en los principales festivales progresivos de la época. Pero a finales de los 70 para los grupos catalanes resultaba suicida quedarse dentro de su territorio. Borne va a debutar los días 17 y 18 de noviembre de 1978 en la sala M&M de Madrid, dentro de un ciclo de rock catalán que también incluyó a Secta Sónica y Atila.
Las actuaciones madrileñas fueron decisivas y obtuvieron un contrato con Vicente Romero para su sello Chapa, una filial de Zafiro. Aparece en el mejor momento del grupo “Exprime la Naranja” (Chapa, 1979). En esa grabación ocurrieron varias anécdotas. La primera fue que buscaban una voz femenina para colaborar en el tema principal y la encontraron nada menos que en Paloma San Basilio, que andaba grabando en los mismos estudios. Y sin salir del estudio, poco antes habían pasado por allí sus paisanos Iceberg, dándose la circunstancia de que Alain Milhaud trabajaba en esos momentos en sus mezclas. Gracias a la intersección de Vicente, Alain hizo las mezclas de algunas de las canciones del álbum. Un disco que calma la sed creativa de Borne a partes iguales en las aguas de Iceberg y de Guadalquivir; es decir, entre el rock andaluz y el laietano.
Ese primer LP se editó en algún país extranjero e incluso alcanzó una cierta notoriedad en Canadá, donde fue vendido a Music Limited Morning por Ángel Prieto, del departamento internacional de Zafiro.
A pesar de las buenas perspectivas, Borne cayó al quedar huérfano de Chapa y tardaría tres años en regresar a los estudios de grabación para fabricar “Unidades Didácticas” (Avui, 1982). Convertidos en trío tras dejar Ricard el grupo, se nos presentan ahora como un grupo netamente pop con claras influencias de The Police y un cierto regusto étnico en las bases rítmicas. Se echa de menos un cantante que dé la talla vocal.
Este segundo LP tuvo nula trascendencia comercial y apenas salió de los límites catalanes. Supuso el cierre para Borne, un grupo al que le tocó lidiar a contratiempo en un momento de cambios de estilo y que no acabó de acoplarse al mercado, a pesar de dejar como herencia dos discos muy distintos entre sí pero con una calidad media estimable en ambos casos.
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