Vampiros Unidos

Vampiros Unidos

Segunda entrega del proyecto personal que mantiene en solitario J. Horror. Fruto de la labor casera y artesanal realizada entre abril y septiembre de 2013, Jesús se hace acompañar sin embargo por un elenco de amigos y colaboradores para elaborar la docena larga de temas que conforman este CD digipack.

Si bien es cierto que fue ésta también la manera de trabajar en su anterior «Chic-o-billy de Lujo» (Resurrección, 2005) en esta ocasión la convocatoria de ayuda parece corresponderse también al espíritu de este «Vampiros Unidos» (Rumble, 2014) de invocación, de toque a arrebato, de llamada a la acción y unidad de las fuerzas del lado oscuro. Este soplido del cuerno guerrero pretende acabar con la impunidad de los «hombres que aprovechan su posición para destruir todo a su alrededor«, con un «sistema podrido y sin piedad«, con la coalición de ratas avaras y codiciosas que constituyen un poder putrefacto.

Cuando la superficie ya no es opción queda tan sólo la vida subterránea, bajo tierra confinados en ataúdes que impiden el paso de la luz. Eso o hibernados a 20 grados bajo cero. Piden sangre y venganza sobrenatural este ejército de vampiros, y lejos de someterse a una existencia subyugada a una condena postmortem se marcan como destino el atormentar ellos a los seres humanos convencionales.

Para semejante ruptura con la realidad invocan a la Reina de la Muerte, a los dioses del punk y del rock. Y es que si para su disco anterior recurrió principalmente al psychobilly como materia prima, ahora lo combina con elementos de after punk siniestro y sobre todo punk y hardcore contundente que ya practicara en su momento con Mal Gusto.  De hecho se juega a la identificación entre el vampiro, el rebelde y el punk, como en «Horrorpunx» o «Busca y destruye» de connotaciones directas con los Stooges de Iggy Pop.

El mestizaje propuesto en esta sinfonía oscura, en esta ópera temática que es «Vampiros Unidos«, se construye a base de temas con la contundencia de apisonadora del hardcore, los ritmos trotones de guitarras de las que sirven tanto para los tonos vaqueros y fronterizos del rock and roll como para los ambientes surf y el afterpunk en versión oscura e incluso industrial. Componentes que lejos de aparecer en porciones separadas e independientes pueden llegar a coexistir en determinados momentos.

La combinación viene a ilustrar a mi juicio el vínculo que comunica al psychobilly con el punk gótico. Comparten los dos géneros escenografía similar en lo que a necrofilias y criaturas de pantano y cementerio se refiere para proyectarse a una dimensión bien diferente y alternativa a la de la realidad habitual. El disco de versiones de los Cramps que editaran Los Carniceros del Norte habla de dicho nexo, y si el trabajo de J. Horror no termina de completar estrictamente el viaje de ida y vuelta en sentido totalmente opuesto es por su arraigo indudable por el rock and roll más clásico y el punk salvaje.

Quien precisamente le ayuda a confeccionar los tonos más siniestros del álbum es Txarly Usher (La Casa Usher, Los Carniceros del Norte) en «Vivimos bajo tierra«, donde J. Horror toca teclado y canta con violencia punk.

«Nunca se hace realidad» escapa también de la virulencia general del resto de canciones con una apuesta decidida por aspectos bien cercanos al punk gótico. Está diseñado a base de teclados intensos que dan entrada a atmósferas densas e incluso industriales. Todo ello al galope de un ritmo que retrotrae a Parálisis Permanente.

Estratégicamente colocada en mitad del álbum y funcionando a modo de intro a «Reina de la Muerte«, el preludio «Niña de ojos vacíos» pone los pelos de punta. Aunque sirve de descarga de la tensión del álbum, el piano de Carlos Alberto y la voz profunda de Tarántula construyen una especie de nana o nocturno terrorífico con la intensidad de una Chavela Vargas que oficiara una misa negra. Sirve además para ampliar el espectro de las colaboraciones de J. Horror abriendo la puerta a México, donde por cierto se sabe integrar el mundo de los muertos en la realidad cotidiana como quizás no se haga en ninguna otra cultura.

La componente de rock and roll está garantizada de entrada por la presencia al contrabajo de Dani (13 Bats) en «Vampiros destroy«, Magic Manoo (Boo Devils) en «Vivimos bajo tierra» y Carlos López (Lucky Dados, Baby Horror) en la mayoría de los temas. De hecho es fácil asociar «Reina de la muerte» o «Amor a 20 grados bajo cero» al tono general de «Ritual» (Rumble / Música para Top / Horror Business, 2008), el disco quizás más rockero (vaquero) de Baby Horror.

Para la conexión con el punk no ha dudado en llama a Joana (Obediencia, X-Prays, Juana Chicharro) que ha puesto su voz para un sobrecogedor canto para «Estamos al otro lado de la vida» como el de Ofra Haza para aquel «Temple of love» de Sisters of Mercy, a Valeria (Gruppo Paralelo, Sagrada Familia), Monje (Larsen, Sagrada Familia) y Pety (Donantes Sanguinarios) para «Vampiros destroy«, el teclado de Lia (Turboesqueletos) que abre «Horrorpunx«, Pelayo (ddtAñade este contenido, Los Acusicas, Vigilante Gitano) o Pussicat Kill al completo para «La ciudad de los muertos«.

Para completar la intensidad del disco se selecciona además una versión de Samhain, proyecto posterior de Gelnn Danzig, cantante de Misfits.

J. Horror reaparece de las tinieblas en contadas ocasiones, pero cuando lo hace siempre trae propuestas interesantes, como este disco conceptual, esta adaptación de los tonos oscuros en diferentes versiones. Más que recomendable

Grupo:

Si algo define la carrera musical de...

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Tracklist:

  1. Estamos al otro lado de la vida
  2. 2000 años de oscuridad
  3. Horrorpunx
  4. Amor a 20 grados bajo cero
  5. Sueño oscuro
  6. Vivimos bajo tierra
  7. Niña de ojos vacíos
  8. Reina de la muerte
  9. Vampiros destroy
  10. Nunca se hace realidad
  11. La ciudad de los muertos
  12. Busca y destruye
  13. Vampiros unidos

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