Muchos cambios los que ha sufrido Hola a Todo el Mundo en el último año, los más importantes son su fichaje por Mushroom Pillow y que su estilo se acerca a la electrónica. Un acercamiento estudiado que no afecta a la esencia del grupo, el cual mantiene su esencia folk y neohippie. Se habla de chillwave, de nostalgia, emotividad y pop luminoso. No es que quieran ser los nuevos Delorean, ni mucho menos.
Diez nuevas composiciones basadas en diez poemas que forman "Ultraviolet Catastrophe" -gran poema del poeta underground Roy Tiger Milton-. Un manifesto en contra de la realidad y a favor de la condición mágica de nuestra existencia, con un epitafio mágico: “… I’ll fade away in the sky / flesh & blood! / don’t look for me / I won’t die / I’ve never born”. Tras escribir estas palabras el poeta norteamericano montó en un avión y desapareció para siempre en un trágico accidente.
Un paso a delante, valiente, que muestra la madurez de una banda que parece que encuentra su camino y deja al margen indecisiones como el idioma -abandonan el castellano y se decantan por el inglés- o la inclusión de determinados matices. El apoyo de David Unison y de Luca Petricca -de nuevo encargado de la producción- ayuda considerablemente a afrontar esta nueva aventura.
Aunque los poemas de Milton están plagados de sombras, HATEM luchan contran las sombras aportando luz. Para muestra el clasicismo cercano a la letanía redentora de la inicial "Oh Lord tell them wind blows far from me".
Los efectos electrónicos se dejan sentir con fuerza en "They won’t let me grow" y en "You know we found new words", cercanos por momentos al synth pop. Introducen ritmos bailables sin perder su esencia -"To my tender love"-. Un corte que recuerda por momentos a los Stone Roses -salvando las distancias, claro- con esa melodía luminosa y esos tintes shoegaze. Es fácil acordarse también de M83 en varios pasajes del disco, especialmente en "I’ll return over gloria".