Esperanza

A pesar del inquietante resultado de “Pequeñas Puertas que Se Abren y Pequeñas Puertas que Se Cierran” (Astro, 1998), los miembros de Manta Ray, de la que ya no forma parte Nacho Vegas, no quedan completamente satisfechos del resultado de producción, del que se habían encargado ellos en solitario. Por esto deciden echar mano de Kaki Arkarazo, que ha producido a gente como Os Resentidos, Anari o Chucho, para que participe junto a ellos en dicha tarea. A partir de entonces contarán con él repetidamente en el futuro.

Son varios los puntos divergentes entre este álbum y el anterior de la banda. Como ellos mismos definieron en su momento, “Esperanza” (Astro, 2000) es un álbum “más humano y positivo” y ahí está su título resumiéndolo; está lleno de virajes estilísticos -que más que post-rock les posiciona como vanguardistas- en el que gana sustancialmente terreno la electrónica combinada con arreglos de cuerda a cargo de Carlos Martínez, y, finalmente, hay diversas canciones cantadas en castellano, pero el protagonismo de las voces va perdiendo terreno y es tratada como un elemento más y no como un 1+1.

Desde la genial “Rita”, todo un trallazo que abre el álbum, hasta la desmesurada “Cartografíes” -acompañados por Mónica Vacas (Mus)-, suite en tres partes de once minutos en total, Manta Ray van dando en el clavo en cada una de sus apuestas. El sampleado de Robert Johnson en “If you walk…”, los ritmos de la aventurada “The dirty blues” -donde colabora Nacho Vegas al slide– o los juegos entre el bajo y los teclados en “Soy quien no fui”, entre otros tantos, dibujan un álbum de enorme riqueza y vigor, una respuesta clara y diáfana a una necesidad de progreso en uno de los álbumes más accesibles de la banda sin que ello signifique una pérdida de personalidad. Mas bien lo contrario.

Al mismo tiempo, se editó una edición limitada de 2000 ejemplares que se acompañaba de un mini-CD con tres temas, “Lactancia” y nuevas mezclas de “Nachtfrost” y “The ground is wet”.