Con el grupo en su mejor momento de popularidad, Jorge Martínez decide crear su propio sello y editora musical autogestionada, con el fin de grabar sus discos sin injerencias de ningún tipo y después ofrecerlos a las discográficas para su publicación.
Este sello, bautizado como Discóbolo Records, se estrena publicando un disco en directo en el que recogen un concierto grabado en la discoteca Big Ben de Mollerusa, en la provincia de Lleida.
No es lo mismo que haber estado allí, claro está, pero en cierto modo nos sirve como ejemplo del sonido del grupo en directo, donde eran infinitamente más cafres que en los discos.