De Oca a Oca y Canto Porque me Toca

Cantalapiedra se nos muestra como un cantautor en estado puro: mordacidad, crítica socarrona, puesta en solfa de los pretendidos valores y costumbres propias. Ya desde “Extasis”, pieza en la que se cita a Dalí, Amancio, El Cid Campeador y todo lo que se ponga por delante del santoral español para acabar con su verdadero propósito: “Si pega esta canción, estoy forrado”. En los mismos parámetros se mueve “Glosa”, el tema más conocido del disco y seguramente de toda la carrera de este cantante.

Sacudido el sambenito de la canción religiosa, ahora puede dedicarse al estudio carpetovetónico de caracteres en canciones como “Don Perfecto” hasta convertirse en un entomólogo de las costumbres y tipos de su época.

Musicalmente, recurre de nueve a orquestas y pianistas que envuelven las canciones de un celofán jocoso, especialmente cuando recurre a ritmos tópicos, caso del chotis “Bacalao”, el bolero “Acongojao”. Junto a ellas, mofas a los políticos oportunistas que barruntaban un cambio y buscaban el mejor puesto para medrar. Un buen ejemplo lo tenemos en “Todo es posible”.

Un disco que explota la mordacidad existente en ambientes universitarios y contestatarios de principios de los 70, como también lo hicieron a su manera Desde Santurce a Bilbao Blues Band, por poner un ejemplo.

Producción de otro cantautor histórico, Patxi Andión, que se deja notar favorablemente en muchas de las canciones.

Se podría ilustrar esta referencia discográfica con cualquier tema. Puestos a elegir, podemos quedarnos con esa carta de presentación que supone el primer corte, acompañados por dos retratos sociales válidos para cualquier ocasión: el viejo verde “Bacalao” y la niña casadera de cabeza huera: “Señorita volandera”.